ATLETICO DE MADRID: Falcón; Valera, Pablo, García Calvo, Antonio López; Maxi (Kezman, m.73), Colsa (Mario, m.61), Zahinos, Petrov; Ibagaza; Fernando Torres.

ZARAGOZA: César Sánchez; Ponzio, Alvaro, Gabriel Milito, Toledo (Cuartero, m.82); Oscar González, Zapater, Celades, Cani; Sergio García (Generelo, m.64), Diego Milito (Ewerthon, m.46).

GOL: 0-1: m.58: Ewerthon.

ARBITRO: Mejuto González (Asturiano). Amonestó a los locales Zahinos, Valera y Kezman y a los zaragocistas Gabriel Milito y Zapater.

INCIDENCIAS: Partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey. La vuelta, el 16.

Un gol del brasileño Ewerthon, en una de las pocas acciones ofensivas del encuentro, bastó para acercar al Zaragoza a los cuartos de final de la Copa y para meter en la UVI a un Atlético que ya ha colmado la paciencia de su afición, que ni siquiera sabe si centrar las críticas en su entrenador, Carlos Bianchi, en el presidente o en unos jugadores que no le ofrecen motivos para la esperanza.

No sirvió, la primera mitad, más que para destapar una vez más las carencias rojiblancas; no hay quien mueva el balón con criterio, Fernando Torres está desactivado y las carreras del búlgaro Martin Petrov, a menudo, conducen a ningún lado. En el banquillo, mientras, Bianchi se enroca, aferrado a su currículo y cada vez con menos apoyos.

No tuvo más que dos acciones meritorias por bando el partido antes del descanso. Una carrera de Petrov, que el búlgaro no supo culminar ante César Sánchez (m.23) y una buena jugada del argentino Ariel Ibagaza, cuyo pase voleó a la grada su compatriota Maxi Rodríguez (m.25).

LOS DOS Al Zaragoza aún le costó más despertar, con un disparo desde fuera del área del argentino Ponzio (m.35) y otro de Sergio García, que rechazó a córner Ismael Falcón (m.37).

El conjunto de Víctor Muñoz comprobó que el camino hacia el marco contrario tampoco era tan complicado y a ello se aplicó al comienzo del segundo tiempo, con un par de jugadas de Oscar, desbaratadas por Falcón y un contragolpe, tras un error de Pablo Ibáñez, que el brasileño Ewerthon convirtió en gol (m.58). Pero, ni con la eliminatoria cuesta arriba, ni con la reaparición del serbio Mateja Kezman, menos de un mes después de romperse el menisco de la pierna derecha, supo reaccionar el Atlético de Madrid.

Lo suyo no fue más que otro ejercicio de impotencia, otra jornada de desesperación para una afición que cada vez acude en menor medida al Calderón y que desconfía de que con Bianchi pueda enderezar el rumbo, como manifestó con estrépito a la conclusión del encuentro.