A ver si le dejan descansar 10 días". Era la petición que hizo Ana María Parera, la madre de Rafael Nadal, ayer en Manacor, recién llegada de Londres. Su hijo regresó bastantes horas después, entrada la noche, ya que se había desplazado a Stuttgart para oficializar su renuncia al torneo. "Llevo cinco meses jugando casi sin parar y quiero descansar. Estoy extenuado", dijo el nuevo rey de Wimbledon.

Nadal necesita un tiempo para recargar pilas y para preparar la próxima misión que ya tiene entre ceja y ceja: ser el número uno del mundo. Lo tiene más cerca que nunca. Un relevo que la clasificación mundial de la ATP todavía no daba ayer en su lista, a pesar de que Nadal lleva ya ganados seis títulos (el que más del año) y, entre ellos, dos Grand Slam: Roland Garros y Wimbledon. En ese ránking, Federer sigue como número uno con 6.600 puntos por delante de Nadal, con 6.055. La diferencia más pequeña que ha existido entre los dos tenistas.

El cambio de guardia es solo cuestión de tiempo. Nadal tiene en estos momentos más opciones reales de acabar el año como número uno que Federer de acercarse al récord de títulos de Grand Slam que tiene el estadounidense Pete Sampras, con 14 títulos. El tenista suizo se ha quedado encallado en 12 y ya ha perdido este año tres ocasiones para ganar más. Solo le queda el Abierto de EEUU, en el que defiende título.

MAZAZO PARA FEDERER El tenista suizo perdió el domingo su reino más querido. Wimbledon era el punto de partida en el que cimentar la remontada. "La temporada de verano", la bautizó a su llegada a Londres. Tres meses para reencontrarse con su mejor tenis: "Mis objetivos son Wimbledon, los Juegos y el Abierto de EEUU". El primero se lo arrebató Nadal, y habrá que ver si se recupera del mazazo. "Un desastre, mi peor derrota", aseguró el suizo tras caer. Ahora la duda es saber si se recuperará.

Nadal lo tiene claro. "Yo soy en número 2. Federer sigue siendo el número 1. Los números están claros, ¿no?", dijo el campeón de Wimbledon tras ganar el título. El objetivo está cerca y Nadal ha pasado el tramo más dificil. Ahora, desde la cima de Wimbledon, se vislumbra un descenso más relajado hacia esa meta. Aunque ese verbo no se conjuga entre los Nadal. "Hay que seguir pedaleando porque de lo contrario la bicicleta se para y te caes", dice Toni Nadal, tío y entrenador del campeón.

El técnico le ha concedido 10 días de descanso a su sobrino, pero después hay que volver para intentar acabar el año como número uno del mundo. El éxito pleno. Pero hay más, porque a Nadal le espera un duro trabajo con los Juegos Olímpicos de Pekín y la Copa Davis de por medio, y abrumado por los insistentes elogios de todo el mundo, como con el que le despidió John McEnroe en la retransmisión de la final por la NBC. "Creo que he asistido al partido más grande que nunca he visto por el drama, la calidad y la forma como terminó. Ha sido algo extraordinario". Palabra de campeón.