"La afición es soberana y si protestaron fue porque tenían toda la razón". "Debemos intentar que lo del Axarquía no vuelva a pasar, es muy duro tener a la gente en contra". Quienes hablan así son Juan Sanguino y Alex González, jugadores del Cáceres 2016, que como los más de 2.000 espectadores que el viernes estaban en el Multiusos siguen sin encontrar una explicación para la derrota ante el Clínicas Rincón (67-86).

Francis Sánchez, que ayer aseguraba en una entrevista publicada en este diario que los silbidos le entran por un oido y por el otro le salen, se ratificaba en sus palabras y aseguraba que "la gente está en su derecho al pitar, pero hasta cierto límite, que es el de los insultos". Y acto seguido el malagueño añadió: "Lo que tenemos que hacer es reconvertir los pitos en aplausos, y eso solo se logra ganando partidos".

Estas declaraciones las hicieron ayer durante un acto publicitario del club en el restaurante de comida asiática Wok, en el que Giorgios Dedas y Alex González se atrevieron con fogones entre las risas de sus compañeros, que móvil en mano no paraban de hacerles fotos. Tan mal no tiene que dárseles esto de la cocina, pues su compañero Pavel Ermolinski se atrevió a probarlo, eso sí, instigado por Perico Sala, que era el que sujetaba el tenedor.

Esta actividad publicitaria, junto a otras labores sociales, como la colaboración en un calendario solidario que la Asociación Síndrome de Down Extremadura está preparando (foto inferior de esta información), les sirven para relajarse y olvidar el fiasco de la semana pasada antes del partido de mañana contra el ViveMenorca (21.00 horas). "Es un rival fuerte y una cancha muy caliente. Va a ser un partido muy difícil, incluso jugando fuera", dijo Sanguino, dejando entrever que la presión de jugar en casa quizás les esté afectando. "Se hizo un equipo para ascender, hemos empezado mal y puede que llevemos sobre la espalda un poco de presión", reconoció el capitán, que espera debutar mañana en liga.