Un obrero de 22 años falleció ayer al caer desde una altera de 35 metros durante la instalación de los reflectores del techo del estadio Arena da Amazônia de Manaos, una de las 12 sedes del Mundial de Brasil 2014. Es la segunda víctima mortal en las obras de este mismo escenario y la quinta contando todos los estadios que albergarán la cita del próximo año.

La capacidad de Brasil para organizar un evento de esta magnitud (dos años antes de los JJOO de Río) ha quedado en entredicho debido a los retrasos en las obras, accidentes, sobrecostos y, a raíz de todo ello, las protestas callejeras. Joseph Blatter, presidente de la FIFA, apeló hace días a "rezar a Dios, Alá o a quien sea" para que las obras estén listas a tiempo, y esas prisas acarrean accidentes.