Tengo la cabeza como un bombo con lo del bingo". Juan Ojalvo, vicepresidente deportivo y hombre de confianza del presidente del Cacereño, Félix Campo, se quejaba ayer de que en los ambientes críticos futbolísticos de la ciudad se comente tanto sobre el supuesto beneficio del negocio que sostiene al club verde.

Ojalvo asegura: "No tengo ni idea de cómo funciona o si da dinero o no", refiriéndose al bingo, abundando además en que las voces que se alzan en contra del presidente son interesadas. "Yo creo que sí", apunta, cuando afirma que el interés de los críticos y de los que presumiblemente quieren comprar la entidad se centran precisamente en hacerse con el propio bingo, sin importarles realmente los problemas del club.

OTRO DEBATE Ojalvo opina que el debate debe ser otro: "Los clubs deben ser de las aficiones y, aunque esto sea una sociedad anónima, tampoco se puede exigir tanto; yo al ayuntamiento le digo que quiero una buena policía, que se hagan buenas obras o una buena red de agua. En nuestro caso, tener un buen equipo nos debe costar a todos".

El vicepresidente deportivo dijo que ya se ha decidido hacer varios fichajes para potenciar la plantilla, "y el dinero lo pondrá el mismo de siempre, o sea, el presidente". El mismo propondrá que se contrate a un defensa, un centrocampista y un media punta, aunque todo estará condicionado por el rendimiento de Eduardo, el mexicano, del que se espera el transfer esta semana.

El dirigente verde sigue defendiendo a Campo contra la mayoría. Dice Ojalvo que el salmantino "está motivado, y de hecho el domingo estuvo en el fútbol estando enfermo".

Mientras tanto, el próximo jueves, el propio Campo se entrevistará con el alcalde de la ciudad, José María Saponi. En el club esperan que el ayuntamiento apoye al Cacereño por la propia historia que tiene detrás, aunque al mismo tiempo se reconoce que la crisis deportiva no tiene precedentes.