Apáñatelas como puedas. Esa es la máxima del paddock de Shanghái, donde hoy comienzan los ensayos del GP de China. La aprobación de los difusores de los invencibles Brawn GP ha hecho que todo el mundo invente contrarreloj para intentar acortar distancias. Estamos hablando de auténticos apaños. El mago Ross Brawn los ha vuelto locos a todos. Es más, Ron Dennis, el supremo jefe de McLaren-Mercedes, acaba de anunciar que deja definitivamente la F-1 y se dedicará a diseñar un nuevo Mercedes de calle.

Todo es un gran caos. Los equipos grandes colocan difusores dobles a la espera de rediseñar los coches tras la sentencia de la FIA, casi nadie sabe qué hacer ahora con el KERS, los ingenieros calculan que los neumáticos superblandos solo se podrán utilizar seis vueltas en Shanghái, las carreras se supenden porque se hace de noche, la llegada se da tras el coche de seguridad. El caos se ha apoderado de la F-1.

Han hecho adelgazar a los pilotos hasta dejarlos anoréxicos y ahora resulta que no sirve de nada. Qué pensará Kimi Raikkonen, a dieta de comida y, peor aún, de bebida durante el crudo invierno finlandés, cuando le digan que este fin de semana no utilizará el KERS, el artilugio por el que le hicieron adelgazar seis kilos.

QUEJAS DE ALONSO Alonso, que reconoce que su R29 tendrá hoy "algún apaño" ha sido, como siempre, el primero en dar la voz de alarma sobre las gomas. "Aquí tenemos los mismos neumáticos que en Australia, que son los medios y los súper blandos de los cuatro modelos que hay para toda la temporada. Bridgestone no trae el ideal, que es el blando, ese se queda en casa. Uno no se calienta, y el otro dura una curva".

Dice Alonso que más que favorecer el espectáculo, ridiculiza la F-1 y provoca accidentes. "Ya puestos que los sorteen, así igual te toca uno de lluvia extrema en seco, o un slick cuando caiga un chaparrón. Es ridículo para la F-1 que haya un neumático que dure cinco vueltas".