Semana de máxima intensidad en el Extremadura. Al terremoto producido por la marcha inesperada del capitán Willy le ha sucedido una cadena de movimientos que están configurando de nuevo la plantilla de los azulgranas de cara a la segunda vuelta. Vamos por partes.

En el capítulo de fichajes, el primer refuerzo invernal es ya el de Roberto Olabe, un jugador que vuelve a la entidad azulgrana en calidad de cedido por el Eibar. El club oficializó su llegada a última hora de la tarde, y de hecho el guipuzcoano ya entrenó ayer con sus compañeros en Almendralejo. Al estar ya inscrito en LaLiga, podrá jugar el domingo a Vallecas.

Olabe es una petición expresa de Manuel Mosquera, quien quedó encantado con las prestaciones del centrocampista el pasado año cuando fue pieza clave para la salvación. Su intensidad y polivalencia (puede jugar de medio centro, interior o incluso de lateral) le dan mucho juego a Manuel.

Sin embargo, si hay una prioridad clara dentro del mercado de fichajes para el Extremadura esa es la llegada de un delantero. O dos. O más. De nuevo, como si se trata de un dejavú, ha aparecido la opción de Alex Alegría, extremeño que juega en el Mallorca de Primera División. De hecho, a primera hora del día de ayer, varias fuentes contrastadas daban por hecha la negociación entre Mallorca y Extremadura. Sin embargo, el Albacete se ha metido en mitad de la operación y está apostando económicamente más fuerte para sufragar parte del salario del placentino. Tan fuerte que parecía casi inaccesible para los azulgranas, quienes ayer por la tarde llegaron a dar por perdida la posible incorporación, aunque en el mundo del fútbol todo gira en cuestión de minutos y a última hora de la noche se reactivaba la operación, que podría cerrar en las próximas horas.

El Extremadura, no obstante, mantiene abiertas varias operaciones pendientes. Sigue pendiente de Asier Villalibre, al que pretende cedido; y está ojeando también el mercado latinoamericano, especialmente en delanteros libres que pueden llegar desde Uruguay. Mientras llega un delantero, ayer también se confirmó la baja de Rafa Mujica, que se marcha al Villarreal B después de apenas tener minutos.

El que ya estará disponible para la próxima semana es Gonzalo Collao. El portero chileno llega el viernes a Madrid y se quedará en la capital de España para conocer el sábado a sus nuevos compañeros. Aún no podrá ir convocado para el partido ante el Rayo Vallecano, pero se le espera ya para el siguiente.

ADIÓS DE WILLY / Pero si ayer hubo un protagonista de excepción en el Extremadura, ese no fue otro que el capitán Willy, que hoy estará en Córdoba para unirse a su nuevo equipo. El delantero de Torremejía se despidió ayer de sus compañeros y la afición en un día en el que acabó derrumbado entre lágrimas de emoción.

La primera gran sorpresa se la llevó en el vestuario, donde sus compañeros le esperaron en pie y en forma de pasillo para darle una ovación y terminar abrazándolo al grito de «Willy, Willy». Como regalo, una camiseta del número 9 con el nombre de ‘Eterno Capi’. El Búfalo pudo además soplar las velas junto a su familia azulgrana justo en el día en el que cumplía 31 años.

Ante los medios, Willy no pudo reprimir las lágrimas: «le debo todo a este club y a esta afición. Quiero darle las gracias a todos y, en especial, a Manuel Franganillo, que me trajo aquí para cumplir un sueño que perseguía desde pequeño como era jugar en el fútbol profesional».

El delantero dijo que «he vivido muchas emociones en estos seis años, buenas y malas, pero sobre todo me quedo con que el club haya cumplido siempre los objetivos conmigo en el vestuario». Sobre su nuevo futuro, dijo que «soy joven y me queda mucho fútbol aún. Está claro que nunca quería que llegara este momento, pero hay que saber afrontarlo. Se me presenta una oportunidad que no puedo desaprovechar», confesó.

Algunos aficionados se desplazaron ayer a la ciudad deportiva para sacarse una fotografía y dar su último adiós a Willy, que pasa a la historia como uno de los jugadores más legendarios del club. Atrás quedan 83 goles, ascensos y compromiso infinito con los colores azulgranas. «Ésta será siempre mi casa», dijo para finalizar. Palabra del eterno capitán.