No diga gol, diga Crespo. En el Moralo están que no se lo creen con el rendimiento conseguido por su último fichaje. Crespo debutó en Burguillos del Cerro y marcó un gol, para jugar después en Navalmoral de la Mata el domingo siguiente y hacer otros tres. No pudo repetir en Plasencia en la pasada jornada, pero con esas cuatro dianas ya está entre los mejores arietes de la Tercera extremeña.

Pasado en verde

Y eso que acaba de llegar. O mejor sería decir que acaba de volver, porque Carlos Crespo Otero ya jugó en el Moralo en la campaña 2000-2001. Este madrileño de 25 años, formado en las categorías inferiores del Atlético de Madrid, marcó aquella temporada 17 goles en el Moralo que dirigía Miguel Angel Iglesias. Atraído por su olfato goleador le fichó el Cacereño y no defraudó: marcó 15 la temporada 2001-2002 en la que el equipo subió a Segunda División B, casi todos en la primera vuelta.

Acosado por las lesiones, volvió a su tierra y el año pasado jugó 32 partidos en el Pegaso de Tercera División. Asegura que con unas plantillas solucionó sus problemas físicos. Esta temporada militaba en La Roda, en la provincia de Albacete, pero no estaba muy contento, y acudió a la llamada del presidente del Moralo.

De hecho, nunca perdió el contacto con el fútbol cacereño gracias a su buena relación con varios excompañeros y sus amistades en la capital cacereña. Crespo ha vuelto y parece decidido a repetir anteriores etapas de acierto goleador. Sabe que este Moralo no es el mismo que el de hace tres temporadas porque ahora tiene objetivos más modestos, pero a él no le importa: lo suyo es el gol y el portero de La Estrella, al que le marcó tres tantos, lo sabe muy bien.