Tiene 24 años y vive un momento feliz en el Oporto. Óliver Torres (Navalmoral de la Mata, 10-11-1994) es uno de los mejores futbolistas extremeños de la actualidad. Su sueño, tras pasar por las categorías inferiores, es llegar a la selección absoluta, a la que se ofrece «para regar o cortar el césped».

«La sigo y se está trabajando muy bien en España, ilusionando a la gente, eso que se había perdido tras el Mundial, que vuelva a engancharse la gente, creo que hay una buena generación. Asensio, Ceballos, Saúl, Johnny, Gayá, muchos con los que yo tenido de compañeros y los ves ahí y dices: bueno, yo también puedo estar ahí. Y es otro reto que tengo, trabajar cada día para que se dé esa oportunidad. Luis Enrique lo ha demostrado, cuando la gente está bien en su club, los ha llevado», comenta.

Al selección se ofrece «para lo que sea necesario». «Soy simpático, agradable, con ambición, con muchas ganas de trabajar, con ganas de comerme el mundo, con ganas de aprender, de mejorar cada día. Estoy seguro que aprendería mucho con ellos. y a aportar mis cosas, porque tengo la capacidad de aportar ese fútbol que llevo dentro, con el que nacía, con el que mejoré y estoy convencido de que al final voy a debutar con la selección», declara.

En la entrevista con Efe apunta a sus inicios modestos en Navalmoral. «Mi padre no podía trabajar por una incapacidad y mi madre limpiaba portales. Con 10 años nos salió la oportunidad de ir a un campus a Barcelona y me quedé un año allí porque ellos se hicieron cargo de mí y de los gastos. Cuando jugaba era la persona más feliz del mundo, pero por las noches llegaba a casa y no estaban ni mis hermanos ni mis padres, se me hacía difícil. Al año siguiente hice las pruebas con el Atlético de Madrid, me cogieron, pero me tenía que pagar el piso y los gastos. Entonces nos fuimos a vivir a un piso a Madrid que tenían que pagar mis padres, tenían que tener dos casas y casi no tenían para el de Navalmoral. Fueron momentos difíciles. Yo tenía unas botas de fútbol para todo el año y las tenía que pegar con ‘loctite’ para que no se fuera la puntera. Ahora echas la vista atrás y te ríes», relata.

Ahora esperan los cuartos de final de la Liga de Campeones. «Somos un equipo difícil, que presiona, agresivo, un equipo que tiene intensidad durante los 90 minutos, creo que por nombres (en el sorteo de cuartos de final) había nombres muy fuertes en el sorteo y como equipo somos difícil de batir. Estoy seguro que el Liverpool cuando nos tocó contra nosotros diría: vamos a tener que currar mucho para poder pasar. Y nosotros vamos con esa mentalidad, con ponérselo lo más difícil posible», sostiene. Imaginar con jugar la final le pone «la piel de gallina»: estuvo con el Atlético en la de 2016 en Milán, pero no saltó al campo. «Sería tremendo, sobre todo en el Wanda», apunta este admirador de Xavi e Iniesta, « los dos mejores centrocampista que ha tenido España nunca; merecían un Balón de Oro, igual que lo merecían Puyol y Casillas».