Todo esto me está superando». Ona Carbonell no podía parar de llorar. Abrazada a sus compañeras y técnicas, con la medalla de plata en la mano, intentaba digerir lo que acababa de pasar. Ona Carbonell ya es la mujer más laureada de la historia de los mundiales de natación tras coronarse como subcampeona del mundo en la disciplina de solo libre en el Mundial de Gwandju. Ya tiene 23 medallas en los Mundiales, dos más que la rusa Natalia Ischenko (21), y por ahora solo superada por los nadadores estadounidenses Ryan Lochte (27) y Michael Phelps (28).

«Cuando me dijeron que voy por detrás de Phelps y de Lochte dije: ‘¿perdón? ¿Phelps?’, ya que para mí es como un ídolo, y haber superado a Ishchenko, que es mi referente desde pequeña... imagínate», confesó la barcelonesa al concluir su actuación.

Esta es la tercera medalla de Carbonell en este mundial, después de la plata conseguida en el solo técnico y el bronce como componente del equipo español de ‘Highlight’, pero esta tiene otro sabor. La nadadora sorprendió con una gran puntuación (94,5667) tras interpretar It’s a Man’s World a ritmo de James Brown y Luciano Pavarotti.

Elegante en la piscina, vestida con un bañador de pedrería en tonos turquesa, morados y negro diseñado por Mercedes Jordán; su ejercicio en el agua rayó la perfección. Solo la superó la imbatible Svetlana Romashina, que atesora 20 medallas en Mundiales, todas ellas de oro.

«No me lo creo. Todo eso me está superando. No me pensaba que iría tan bien y tampoco sabía nada de todos estos récords. La verdad es que estoy superemocionada», reconoció Carbonell a la conclusión de la prueba. Incluso el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, quiso felicitarla calificándola como «una de las grandes». Pero puede haber más, hoy tiene final de duo y mañana de equipos.