Si no sigue Pedro Pablo Braojos, el elegido era, al menos hasta anoche, Julio Cobos. El Cacereño puede tener ya entrenador el próximo lunes, día fijado para la conversación final con el primero de los citados, que debe responder a la oferta que se le pone sobre la mesa.

Con un contrato muy a la baja, se desconoce qué decidirá Braojos, que quiere continuar, pero no a cualquier precio.

En el Cacereño piensan que, con el bloque que hay, la mejor solución es la de quedarse con el que ha sido segundo del toledano. Julio Cobos, durante los últimos dos años ayudante primero de Montes y después de Braojos, está muy bien considerado en la entidad. Además, con la mayoría de los jugadores mantiene una excelente relación y él estaría dispuesto a subir un escalón.

Hace apenas dos años que dejó de ser futbolista --su último equipo, en su casa, en Santa Amalia-- y ahora puede coger las riendas como primero. Su salto se interpretaría como un gesto de continuidad de una plantilla que mantendrá a buena parte de los futbolistas del pasado año y que tan buen resultado dieron.

En la recámara sigue contando otro exfutbolista verde, Aitor Bidaurrázaga, muy del agrado de Angel Marcos e incluso puede hacer tándem con Cobos.

Otras opciones que se han barajado, como la vuelta de José Luis Montes, han sido desechadas finalmente por distintas razones. Firmar a alguien desconocido se ve ahora como un riesgo.

FUTBOLISTAS Mientras tanto, el Cacereño tiene ya sus dos primeros fichajes, aunque no ha dado aún oficialidad: son los casos del centrocampista Checa (ex del Algeciras o Puertollano la última temporada, con gol incluido en el Príncipe Felipe) y el meta Pablo Vargas, que vuelve tras su etapa en el Universidad Las Palmas, primero, y el Lucena, la pasada campaña.

Además, el equipo ya tiene otros once jugadores de la pasada temporada. Mario Carrizosa, que se quedó a 20 minutos de renovar automáticamente, también puede seguir.