Falta aún media liga, pero en los ambientes futbolísticos surge la pregunta de si será este el año del Cacereño. Lo logrado hasta ahora invita al optimismo, aunque sin alzar demasiado la voz, porque la línea entre una victoria y una derrota es, en ocasiones, muy difusa. Además, el año pasado se marchó al parón navideño en una situación muy similar, incluso más cerca de las plazas de play off . Hace 365 días era sexto --como ahora-- a dos puntos del cuarto --tres hoy--.

El conjunto verde reinicia el día 5 el curso con el objetivo de desquitarse de las primeras jornadas del campeonato, donde tres derrotas seguidas en casa le arrebataron unos puntos que ahora le permitirían estar entre los elegidos.

Aun sin ellos, el CPC está muy cerca, a solo tres puntos. En una hipotética clasificación conjunta de los cuatro grupos de Segunda División B, el Cacereño es ahora el decimoséptimo, a un solo punto de un grupo de seis equipos. Y son 16 los que en el mes de mayo pelearan por el ascenso a Segunda B.

Los 32 puntos del Cacereño le permitirían haberse marchado a las vacaciones en puestos de descenso en el Grupo I, en el que a principios de agosto se rumoreó que esta temporada podían haberse competido los dos extremeños (Arroyo). Pero al final siguen en el IV, donde hay cuatro o cinco equipos (Albacete, Cartagena, Cádiz, Guadalajara y Linense) claramente hechos para pelear por el ascenso, entre los que se ha colado un sorprendente La Hoya Lorca, que no ha aflojado el ritmo desde el inicio del campeonato y es el líder con tres puntos de ventaja sobre el segundo.

En el Cacereño se respira euforia, aunque la experiencia les invita a mantener los pies en el suelo. "Igual que ahora tenemos una buena racha puede volver otra mala", recuerda el técnico, enfrascado en el partido a partido.

Igual filosofía, la del partido a partido, sigue el Arroyo, que desde hace varias jornadas reposa en la decimocuarta posición a pesar de haber sumado solo la mitad de los puntos posibles en diciembre. Al revés que el Cacereño, el Arroyo empeoraría su clasificación en el Grupo I, donde caería hasta la posición decimosexta, descenso directo en todos los grupos menos en ese, en el que solo hay 19 equipos.

El conjunto arroyano necesita cambiar cuanto antes su dinámica negativa, ya que su renta respecto al descenso es cada vez menor (tres puntos). Pero mientras el Cacereño se comerá las uvas en estado de euforia, los arroyanos lo harán con rabia contenida tras la última derrota ante el Córdoba B, donde hablaron de robo.

Pero más que ese supuesto robo el problema del Arroyo es la falta de efectivos. Se han marchado dos jugadores (Hagan y Dani), dos han dicho adiós a la temporada por lesión (Domingo Chori Pérez y Willy) y otros dos dos, Iban Espadas y Juanma Morán, necesitan aún algo de tiempo para recuperarse. Como contraposición a todo ello solo han llegado dos jugadores, José Rodríguez y Rafa, lo que vuelve a dejar a Marrero con lo justo para afrontar lo que falta de temporada. No se descarta alguna llegada más, aunque el técnico ha dicho que "no se harán locuras".