Es mi tercera etapa entrenando en Cáceres. Llego con la misma ilusión de siempre, con las mismas ganas. Desde un plano más sereno, a lo mejor por la edad o por estar estos años sin entrenar, que te da una perspectiva diferente de la profesión". Lo dijo ayer Ñete Bohigas en su presentación como nuevo técnico de ese Cáceres de la LEB Plata que intentará reinventarse los domingos por la mañana para sus partidos de casa, aunque sin cambiar de escenario. Seguirá en el Pabellón Multiusos.

Mostrando una mezcla de serenidad y optimismo, Bohigas mostró sus ganas "de que el proyecto sea ilusionante, con un equipo comprometido, afrontando la liga atendiendo a las expectativas de una ciudad y una afición como la de Cáceres".

Respecto al equipo que configurará, reconoció que todavía hay poco hecho. "Tenemos que saber cosas muy puntuales: cuántos equipos va a haber, si 12, 13 o 14; las fechas; qué presupuesto podemos tener y estudiar el mercado", declaró. Sí admitió que será una plantilla "prácticamente nueva".

En ese escenario, la extremeñización puede aparecer con nombres como los de Carlos Ferreiro y Miguel Angel Conejero. "Ojalá tengamos jugadores de la ciudad. Voy a pasar tanto tiempo en el Multiusos o donde juguemos como en el San Antonio. Se necesita una vinculación muy fuerte entre la cantera y el primer equipo", destacó.

Sobre el nivel de la competición, pronosticó que se verán "muchos jugadores que han pasado por la LEB Oro" y que "quizás la diferencia sea que habrá más ritmo en las dos partes de la cancha". "No va a ser la misma LEB Plata que yo viví --llegó a ascender con el Ford Burgos a Oro--, pero es cuestión de cogerle el pulso", reconoció.

LA VISIBILIDAD El técnico vio posible interesar al aficionado medio, por mucho que sea una categoría más baja que la que se ha disputado durante las cinco últimas temporadas. "Desde mi perspectiva de cacereño me interesa algo: si no conseguimos tener la capacidad de ilusionarnos por la liga que juguemos, no va a tener mucho sentido nada de lo que hagamos. Hay aficionados de toda la vida, que sabemos que los tenemos. Hay que arrastrarlos para que sigan al equipo. ¿Por qué no vamos a poder enganchar a más gente? Todo va a depender de nosotros, del trabajo que hagamos", reflexionó.

"Que sea una liga invisible no tiene que impedirnos que la gente que vaya al pabellón disfrute --agregó, convencido--. Lo que me interesa es que sea visible en Cáceres".

Sobre los objetivos, el ascenso ya flota en el ambiente. Presión y ambición mezclados en el mensaje. "Lo dirá la competición, los aciertos en la plantilla, los intangibles que surgen. No rehúyo la responsabilidad, pero lo principal es que disfrutemos. Si hacemos un baloncesto sólido, estaremos arriba. No hemos tenido un ascenso deportivo desde que subimos en 1992 a la ACB. No siento la presión de la directiva tampoco. Hay que tener los pies en el suelo", apuntó.