El albaceteño cumplió con creces en su año y medio al frente del Mérida. Este año era consciente de que estaba obligado a lograr el retorno a Segunda B y lo ha conseguido. Para disgusto de un sector del entorno, Tébar apostó por un juego pragmático, a la italiana, y su orden táctico le condujo al éxito. Para desesperación de sus rivales, el grupo de Tébar, sin descomponerse, sabía a lo que jugaba. Sin embargo, pese a su buena etapa en el Mérida, salvo sorpresa mayúscula, la impresión es que ayer finalizó su ciclo en la capital extremeña.