Como no podía ser de otro modo en día así, el derbi de ayer en el Romano tuvo su oro, su incienso y su carbón, que son parabienes y castigos para méritos y deméritos de cada cual. Vale su peso en oro el gol de Prieto, que heló las ilusiones azulgranas en el graderío emeritense y sembró la euforia en la hinchada local al tiempo que ponía justicia en el marcador. Incienso repartieron ambos entrenadores a la hora de hablar del rival respectivo en un talante y una deportividad elogiables. Y sólo carbón para el Extremadura más ramplón que dio la impresión de llegar a la dejación de funciones tras el descanso.

Por segunda vez consecutiva los de Francisco decepcionan a una afición que, a pesar de los pesares y la lluvia, se dio cita en el graderío emeritense. Almendralejo amaneció con lluvia y llovió, también hizo hasta sol, durante el choque. No importaba, aunque no fueron los casi 1.500 de Jerez. Todo tiene un límite y esta vez la federación de peñas azulgrana volvió a no decir ni mu.

Cordialidad en el palco, con ambos presidentes, el alcalde de Almendralejo y algún arrimado, el director general de Deportes y el delegado de la misma especialidad de Mérida... Gruart recibió a los periodistas visitantes en la misma puerta del estadio. Bien. Mejor lo de la bandera extremeña portada por ambos equipos. Los que insultan y provocan no tienen sitio en esta columna.