Ya tenemos a otro campeón del mundo de un deporte colectivo. Se veía venir. El extremeño José Manuel Calderón ha hecho méritos más que sobrados, como destacado componente de una espectacular generación de baloncestistas, para conseguir la medalla de oro en un Mundial. Ya la tenían el cacereño Javi Sánchez (fútbol sala) y el pacense Juancho Pérez (balonmano). Calderón es un tipo cercano como persona. Como jugador, un profesional extraordinario, competitivo y ganador. Dos facetas en las que destaca sobradamente como para ser reconocido, y no sólo entre los suyos. En nuestra comunidad, a falta de buenos clubs, tenemos que aferrarnos a ejemplos como de Calderón, que esta semana recibirá la Medalla de Extremadura con merecimiento, el mismo que tienen --no reconocido-- los dos citados anteriormente. Pero esa es otra historia. Ahora hay que disfrutar. No está mal el fin de semana: la selección de fútbol se luce en Badajoz y la de basket nos da un baño de oro.