Hubo un tiempo en el que Extremadura exportaba a América conquistadores. Ahora, los sucesores de Hernán Cortés y Francisco Pizarro son deportistas y al baloncestista José Manuel Calderón y el golfista Jorge Campillo se les ha unido la nadadora emeritense Alicia Casillas, que desde hace poco más de un mes compite y estudia en la Universidad de Kansas.

Sin haber cumplido aún los 20 años y con el currículum más prestigioso de la natación extremeña, incluyendo el premio de mejor deportista regional absoluta del 2005 , Casillas se decidió por aceptar la oferta norteamericana y todo parece estar saliéndole bien. Hasta ha ganado ya una competición.

Nueva vida

En contacto con este diario, Alicia Casillas descubre sensaciones positivas en lo que está siendo un cambio radical en su vida. "Mi experiencia está siendo magnífica. Era una oportunidad única, y estoy muy contenta de haberla aceptado", cuenta mientras está en Texas participando con su universidad en la liga Big 12 .

Además, ha solventado el principal problema que tenía antes de viajar, ya que su inglés no era alto. "Ya lo entiendo todo", afirma. De momento está asistiendo a clases para mejorar todavía más y a partir de verano, si decide seguir, elegirá carrera.

Comida y ambiente

Mientras tanto, se concentra también en adaptarse a la natación norteamericana. Se nada en yardas, no en metros. "Las competiciones son muy exigentes, con muchas pruebas en muy poco tiempo, y a eso no estoy muy acostumbrada. La piscina es algo más pequeña que una de 25 metros.... más o menos. Y los tiempos son bastante diferentes, pero ya me estoy enterando", explica. La de Texas es su tercera competición. En la primera, en Nebraska, fue segunda. Después, en Kansas, ganó.

Sin embargo, no todo es de color de rosa, como ella misma recalca, aunque parecen aspectos superables. "Lo único malo es la comida, que aquí no es como en España... Eso del aceite no existe... Es mucho comida rápida y fast food . Apenas hay fruta y la que hay es malísima", se queja. Reconoce que echa mucho de menos a su familia y "cosas que solo valoras cuando estás lejos". Y otro aspecto negativo es el duro invierno. "¡Cuando llegué estaban a -10!", exclama. Aunque eso también tiene su lado bueno: como está siempre nevando, puede ir a esquiar.

Lo que más está ayudando es, según ella, el trato que le están dispensando tanto profesores como entrenadores y compañeros. "Son muy amables", destaca. "La gente es súper apasionada del deporte y en la universidad hay un museo dedicado a ello", afirma. El equipo de natación es seguido de cerca en Kansas y la extremeña cuenta que "jamás había visto tanta gente en las gradas de una piscina animando. Me dan las gracias por venir y están contentos conmigo". Por si fuera poco, en enero vivió un momento muy especial, ya que en una concentración en México conoció al nadador estadounidense Michael Phelps, que obtuvo ocho medallas --seis de oro-- en Atenas-2004.