"Lo de La Palma es increíble. Cada vez que viajamos ocurre algo. Esperemos que pase igual que el año pasado en todo". José Angel Antelo, como Juan Sanguino o Carlos Cherry, comentaban por la tarde en la red social Twitter la nueva aventura del Cáceres en La Palma, de nuevo salpicada de peripecias.

En la última jornada de la liga regular de la pasada LEB Oro había ocurrido en el viaje de vuelta. Antelo recordaba el triunfo y casi el día entero colgados en el aeropuerto de Tenerife.

Ayer había suerte, al menos sobre el papel, y nada auguraba que podría pasar lo que pasó. El vuelo era directo: Madrid-Santa Cruz de La Palma. Se llegaba con tiempo suficiente para descansar y entrenar a las siete de la tarde en el escenario del choque de esta noche.

Pero las infernales condiciones climatológicas en la Isla Bonita ('Isla Maldita', como la denominan ya con cierta sorna en el Cáceres) llevaron a aterrizar en Tenerife, donde la expedición extremeña (10 jugadores y cuatro miembros del cuerpo técnico) tuvo que esperar durante varias horas hasta saber que iban a ser trasladados hasta el Puerto de los Cristianos, donde tomaron un ferry.

Si no hubo problema de última hora, el equipo llegaría sobre la una de la madrugada a su destino (12.00 en Canarias).

De nuevo hubo buen rollo , cartas y bromas. En esta ocasión, sin embargo, no hubo llamada de un ilustre. Y es que la temporada pasada Jelany McCoy recibió una de Kobe Bryant, con quien coincidió en Los Angeles Lakers. Y, desde la distancia, el exalero del Cáceres Francis Sánchez, actualmente en el Granada, animando a sus excompañeros. Tenía lo suyo aún reciente, pero no estaba allí, sufriendo el momento.