El Betis anda en horas bajas, a un solo punto del descenso, más pendiente del futuro de su entrenador que del partido en Getafe y con una afición triste y enfadada al ver que sus vecinos están en el mejor momento de su historia. Pero entre tanta tristeza y desasosiego, esta jornada puede ser la más feliz e inolvidable de un jugador: Casto Espinosa Barriga, portero pacense del filial bético que, a los 24 años, puede convertirse en el próximo extremeño en debutar en Primera División.

Los dos guardametas de la primera plantilla, Doblas y Contreras, tienen problemas físicos para el partido del domingo ante el Getafe. El primero está totalmente descartado, mientras que el segundo es duda y se debe incorporar progresivamente a los entrenamientos. Ningún futbolista quiere entrar por otro cuando es por lesión, pero a Casto se le puede aparecer la gran oportunidad de estrenarse en Primera a las órdenes de Jabo Irureta.

El cancerbero extremeño llegó a la disciplina hispalense esta temporada procedente del Albacete B, tras firmar por dos años. Hizo la pretemporada con el primer equipo y ha alternado su titularidad en el filial con convocatorias con la primera plantilla, aunque siempre en el banquillo. En esta ocasión tiene muchas papeletas para estar en el once inicial del Betis en el Alfonso Pérez en un partido trascendental para su equipo.

Casto Espinosa se formó en la cantera del Mérida, adonde llegó en cadetes. Siendo juvenil en División de Honor alternaba con la primera plantilla, al igual que el ahora capitán del Mérida, Diego, que dice de él que "es un portero con mucha personalidad, que va bien por arriba y con los pies, le gusta dirigir a la defensa". De Mérida fue en el 2002 al Logroñés, después al filial del Albacete --donde también llegó a ser convocado en Primera División-- y este año al Betis B.