En este campo se respira paz, olor a ganado... y fútbol. Aquí no hay incidentes. Valdecañas de Tajo, localidad cacereña, es una población agrícola-ganadera con apenas 200 habitantes, que se sitúa junto al embalse de Valdecañas, cerca de Almaraz y el Campo Arañuelo.

Uno de sus vecinos más conocidos es Faustino Rodríguez, un forofo del Atlético de Madrid que ideó una original fórmula para apoyar al club en tiempos de Segunda División, en pleno ´infierno´. Y la encontró en su rebaño de ovejas, unas 400 cabezas, que desde entonces llevan en sus lomos la insignia colchonera. Con ello queda demostrado su pasión por el conjunto presidido por Jesús Gil.

"Hace algún tiempo un señor que pasaba por la carretera dijo que quería comprar ovejas, pero que éstas tenían que valer la mitad de precio, puesto que eran de Segunda", cuenta con simpatía Faustino, de 48 años, mientras recorre la finca donde tiene el ganado lanar. EL PERIODICO EXTREMADURA, que estuvo con él durante unas horas, fue testigo de la veracidad de las sensaciones que se viven en esta finca.

Incluso las ovejas están adiestradas para festejar los goles ´colchoneros´. Cuando su dueño toca una trompeta, ellas balan en señal de alegría por el gol. Inaudito.

FAMILIA DISTINTA

Todo un genio este hombre que, paradójicamente, tiene a su familia con el corazón futbolístico repartido: su mujer, su hija y su suegra son forofas del Real Madrid. Su hijo, para más inri , es del Barcelona.

No es fácil creerse toda esta insólita historia hasta que no se comprueba. "Hay gente de los alrededores que no podían pensar que esto fuera así, y han venido muchas personas para comprobarlo, quedando sorprendidas cuando han visto los más de 400 escudos en color rojo sobre los lomos de las ovejas", señala Rodríguez con gracia.

Las curiosidades no terminan en la amena conversación con el ganadero cacereño. Cuenta que en una ocasión él mismo vendió un macho a un señor de Almaraz y cuando llegó para recogerlo lo rechazó por tener impreso el escudo atlético. Y es que el interesado, hincha del Real Madrid, pensaba que iban a reirse de él. Luego, meditó y terminó cediendo , comprando el macho, escudo incluido.

AHORA, LOS PERROS

Su tremendo amor por los colores rojiblancos no parece tener límites, a tenor de lo que piensa hacer. Ahora Faustino piensa en poner el hierro a la recoba de perros de su propiedad, en número de unos 35, que utiliza para la caza mayor. Al tener pelo los canes, cuenta, se va a ver obligado a buscar otra fórmula distinta para sellar el queridísimo escudo del Atlético de Madrid.

Faustino Rodríguez y sus ovejas están, por supuesto, muy contentos ahora. Con el equipo de Luis Aragonés en la parte alta de la tabla clasificatoria, de vuelta a la Primera, esperan cantar este año muchos goles a toque de trompeta. El protagonista de esta singular historia asiste cada vez que puede al Calderón cuando sus obligaciones ganaderas así se lo permiten. Y sus ovejas, mientras tanto, expectantes.