Cuando Lorena Infantes nació en Badajoz, un 1 de febrero de 1981, uno de los mejores jugadores de la NBA, George Gervin, triunfaba en los San Antonio Spurs. Dos días después de que José Luis y Julia tuvieran a su hija, la tercera de la saga Infante Núñez tras Lara e Israel y aún faltaría por nacer José Luis, a más de 6.000 kilómetros, en Detroit, Gervin anotaría 25 puntos en la victoria de los Spurs ante los Pistons.

Ocho años después, Gervin jugó en Manresa y 18 más tarde, también en tierras catalanas, a 118 kilómetros de la pista en la que el estadounidense brilló en su última etapa de jugador, Lorena lideró el ascenso del Baloncesto Femenino Badajoz a la máxima categoría nacional, en La Seu D’Urgell.

Han pasado 12 años de aquel momento y la chica de la eterna sonrisa lleva 18 meses trabajando con la NBA a través de la academia latina en Ciudad de México. Pero el salto más grande de su vida lo anunció anoche el club de Texas al elegir a Lorena para que forme parte este verano del staff técnico de los San Antonio Spurs en la Summer League.

El rostro femenino de la NBA estará acompañada por Blake Ahearn --exjugador del Estudiantes-- como entrenador y trabajará con cinco técnicos asistentes, Mitch Johnson, Matt Nielsen, Edneisha Curry, Billy Donovan III y Tomislav Mijatovic.

Esta temporada, en el mes de octubre, Lorena Infantes concedió una entrevista a El Periódico Extremadura, subrayando que «hay que trabajar día a día, el talento es importante pero sin trabajo no te lleva a ninguna parte. Hay que ser humilde, respetar y soñar. Por experiencia propia, soñar cuando se trabaja hace que los sueños se cumplan». Un nuevo sueño que cumplirá en el Thomas and Mack Center y el Cox Pavilion en Las Vegas (Nevada), del 5 al 15 de julio, justo dos años después de la primera llamada de uno de los jefes de la NBA, Nick Brooks.