«Esto no es un equipo de fútbol, en el balonmano no hay lista de espera para jugar». La frase es de Diego Palacios, presidente del Club Balonmano Paideuterion, un nombre ligado a este deporte desde hace más de tres décadas en Cáceres. Siempre ha tenido que ‘competir’ con el deporte rey, e incluso con el baloncesto, pero este año se ha encontrado un rival más feroz, el covid, que ha provocado dificultades para entrenar y el retraso de las competiciones, que no arrancarán hasta finales de mes. El resultado, «la desmotivación de los jugadores, que buscan otras alternativas».

Hasta este jueves no podrán entrenar los jugadores del Paideuterion en un pabellón. Al club le ha costado varias semanas que el ayuntamiento les permitiera ejercitarse en el Serrano Macayo. El culpable del retraso, la excusa, el covid y las medidas de seguridad. «Incluso los chicos», cuenta el presidente, «se han puesto en contacto con el alcalde a través de las redes sociales para preguntarle por qué no podíamos entrenar en el pabellón».

Hoy por fin podrán los chicos y chicas del Padu coger el balón y hacer un entrenamiento normal. Hasta ahora lo hacían en el parque del Rodeo, aunque solo la parte física. Pero serán menos que otros años. «Al no arrancar a tiempo muchos niños se han ido a otras actividades; los padres quieren un horario fijo que nos les podíamos dar y además hay otros que tiene miedo», explica Palacios, padre de un cadete de club.

En los Judex de este año, que arranca a finales de noviembre, solo tendrán en principio cuatro equipos, dos cadetes y dos infantiles (masculino y femenino en ambos casos). Los juveniles, solo cuatro, jugarán con el Calamonte tras un acuerdo y los más pequeños «llegan al club con jornadas de captación que trataremos de ir haciendo poco a poco». Cuando hoy comience a entrenar el Padu en el pabellón llevará varias semanas de retraso respecto a los equipos de otras ciudades. Pero eso no importan, lo importante es poder comenzar. Y poder devolver la ilusión a los jugadores.