A poco que hubieran puesto de su parte, me hubiera quedado", dijo ayer, con cierta amargura, José María Panadero, tras confirmar que se marcha a León tras no aceptar una cláusula que el Cáceres quería añadirle en su contrato y cuando el acuerdo entre las dos partes parecía total.

El alero cacereño será presentado hoy en León, club con el que se ha comprometido por dos años. "Era la mejor oferta que tenía", afirmó el jugador, quien insiste en que la condición que le quería imponer el Cáceres (tres años de contrato, pero rescindibles cada final de temporada) le había molestado hasta el punto de que tomó la decisión de marcharse. "Cedí en el dinero, quedándome por menos; también en la oferta deportiva que, en principio, era más modesta, pero en eso no podía ceder", aseguró a este diario.

El jugador llegó incluso a aseverar que ya se sentía verdinegro, después de varios años en los que se había especulado con su regreso. "Este año parecía que sí. Incluso, hice unas gestiones personales en ese sentido para quedarme aquí, y estaba muy ilusionado, pero...", dijo, antes de afirmar que "los que han hecho más para que yo firmara han sido Ñete Bohigas y el presidente, Felipe Fernández". Panadero añadió: "Es más, estoy seguro de que, si Ñete Bohigas está estos días en Cáceres en vez de en Grecia (como seleccionador nacional cadete en el Europeo), esto se hubiera solucionado y me hubiera quedado aquí". Además de Cáceres y León, Panadero tenía dos ofertas sobre la mesa: el Lobos, que este año jugará en Santander, y el Algeciras, en el que el segundo técnico es el cacereño Mario Madejón.

Mientras, en el Cáceres lamentaron el fallido fichaje. "No podemos hipotecarnos", insistió el gerente, Julio Espino, quien recordó que el club "no se pasará un euro del presupuesto".