Todos los equipos suelen tener un jugador referencia, no sólo dentro de los recintos de juego sino, y lo que es a veces más importante, fuera de ellos. En el renacido proyecto baloncestístico de Cáceres, José María Panadero se adapta muy bien a ese perfil. Panadero lo está pasando mal. Los problemas físicos le están impidiendo jugar, y cuando lo logra, no lo puede hacer en plenitud. El escolta ha acreditado durante muchos años estar sobrado para la LEB Oro --hay que recordar que en su carrera ha llegado incluso a jugar en la ACB-- pero su rodilla no le deja ayudar al equipo todo lo que él quisiera. Panadero es un tipo fantástico también fuera de la cancha. No sé si le ha llegado la hora de dejar de jugar al basket al más alto nivel, pero sí considero que sería de justicia que el club hablara con él para planear el futuro, en el que podría ser un hombre clave. Al Cáceres --y al deporte extremeño-- le faltan manos fuera de las canchas y sería una buena opción plantearlo. No habría mejor embajador que él... si es que le ha llegado la hora, que aún lo dudo.