El Panathinaikos se coronó, por quinta vez en su historia, campeón de la Euroliga al derrotar por 73-71 al CSKA Moscú, en un partido que tuvo un final dramático, después de que los griegos hubieran dominado el partido en los primeros dos cuartos (46-26).

Si el CSKA hubiera ganado --lo que hubiera sido posible pues en el último instante Ramunas Siskauskas falló desde detrás de la línea de los tres puntos-- la historia del partido sería la historia de una remontada. Con el triunfo griego, lo que hay que contar es la historia de los dos primeros cuartos, cuando acumuló una renta que al final le alcanzó para ganar el compromiso, y la de la resistencia final, cuando los rusos amenazaban con pasar por encima.

Por su parte, el Barcelona ganó la final de consolación de la Euroliga ante el Olympiacos (79-95) y por primera vez en su historia cierra el torneo europeo en la tercera plaza, consuelo para un equipo que aspiraba al título, del que solo le apartaron unos minutos de irregularidad en la semifinal ante el CSKA. Los azulgranas cierran su participación con solo cinco derrotas.