Imaginar la escena provoca entre admiración y sonrisa: de madrugada, un grupo de hinchas del Cacereño salta la tapia del estadio Príncipe Felipe, se introduce en el terreno de juego y coloca detrás de cada una de las porterías sendas gigantescas pancartas para animar al equipo de sus amores --ahora colista del grupo II de Segunda B-- para el encuentro de mañana ante el Lanzarote. "Ahora más que nunca, aúpa Cacereño" y "Estamos con vosotros, ánimo chavales" son los textos con los que se encontraron los sorprendidos futbolistas antes del entrenamiento matinal.

El club, claro, optó por dejarlas ahí, posiblemente la decisión contraria a si el mensaje hubiera sido amenazante o negativo, como también ocurre a veces en el mundo del fútbol. Quizás tampoco se muevan de cara al partido de mañana (11.30 horas) frente al Lanzarote.

Todo suma para un partido que inesperadamente se ha convertido en una mini-final cuando únicamente se llevan siete partidos de liga. Pero los canarios también llegarán con problemas --antepenúltimos, con tres puntos, uno más que los verdes-- y se intuye que perder supondría un prematuro drama para el que lo haga, sobre todo si es el de casa. Angel Marcos no se atrevió ayer a hablar de "final", pero sí de que "tristemente, es un partido importantísimo para muchas cosas: para la afición, para que los jugadores cojan confianza...". Quizás al hilo del asunto de las pancartas, el entrenador del Cacereño, que cumplirá su segundo partido en el banquillo tras el 4-0 de Oviedo, habló casi más del público que de aspectos futbolistísticos. "Sé que la gente va a estar con los jugadores, que tienen que salir desde la tranquilidad que se les da desde el club. Tienen que ser muy torpes para nover que el calor que se les da les tiene que ayudar", afirmó.

Marcos admitió que existe "preocupación porque no se gana", pero que repitió una y otra vez que el único antídoto es "tener tranquilidad y no pensar más allá del siguiente partido". Y apeló a valores extrafutbolísticos con la receta para lograr la primera victoria de la temporada, llegando a decir que le daba igual el rival que estuviese enfrente: "hay que salir con entrega, actitud y sacrificio". Vamos, como los que saltaron la tapia.