Ni Pelé, ni Giselle Bundchen, ni ningún otro personaje de relieve en Brasil. Será papá quien les muestre que han triunfado. La organización del GP de Brasil ha decidido que el padre del campeón sea quien agite la bandera a cuadros que señala el final de carrera y del Mundial. Anthony Hamilton y Luiz Antonio Massa serán llamados en las últimas vueltas a la torre de control y el padre de quien vaya a proclamarse campeón empuñará el trapo arlequinado. Es la consecuencia del protagonismo de los progenitores, especialmente el de los dos pilotos que dirimen el título.

"Son como las madres de las misses", aseguran los más veteranos del circo. El padre de Ayrton Senna apenas se dejaba ver en alguna carrera, el de Nelson Piquet o Gilles Villeneuve, había fallecido, pocos recuerdan al de Alain Prost, mientras que el de Michael Schumacher solo acudía a dos o tres circuitos. Los papás han llegado como educadores, mánagers y espónsors de una generación de pilotos que han batido los récords de juventud y proceden de familias modestas. Son cada vez más jóvenes, casi adolescentes, y de familias que han dedicado su tiempo y dinero al automovilismo. De ahí que sean tan importantes.

El padre de Alonso

Comenzó en la generación de los nacidos alrededor del año 80: Fernando Alonso, Jenson Button o Kimi Raikkonen. El finlandés, por su carácter, por la filosofía de vida finlandesa, pocas veces ha tenido la compañía de su padre. Su madre y su abuela acudieron a un gran premio. A uno. En cambio, José Luis Alonso ha jugado un papel básico en la carrera de Alonso. Fue desde su mecánico en los karts, hasta el primer mánager, consejero, educador y apoyo económico.

La familia Massa y Hamilton han dado un paso más. Luiz Antonio no cesa de hacer declaraciones y sigue la carrera en el box de Ferrari. "La familia es lo más importante para mí. Su apoyo es fundamental", mantiene el brasileño. Anthony Hamilton ha dado un paso más. El no se ha detenido en el momento en que su hijo ha llegado a lo más alto. Es el mánager de Lewis, consejero, y el único de todos los padres que se coloca los auriculares como un miembro más del equipo. "Me conoce mejor que nadie, y confío ciegamente en él", dice el británico.