Las trayectorias de las decenas y decenas de jugadores que han seguido con sus carreras profesionales después de dejar el Cáceres ha sido variada. Algunas veces hasta pueden darse casos tan curiosos como el de José Antonio Paraíso y Johnny Rogers, dos que en su momento fueron auténticos ídolos de la hinchada verdinegra --sobre todo el primero-- y que ahora pueden reencontrarse en el Pamesa Valencia.

No lo harían, como sucedió en la temporada 95-96, como compañeros de vestuario, sino como entrenador y pupilo. Rogers se acaba de retirar a sus 40 años --su último equipo ha sido el Caprabo Lleida-- y ha fichado por el Pamesa... como entrenador ayudante para el primer equipo y la cantera. "Se dedicará a mejorar la técnica de nuestros jugadores", avanzó ayer el presidente del club valenciano, Juan Roig. Rogers vistió en dos etapas la camiseta del equipo levantino.

¿Y Paraíso?

7.3 puntos, 3.2 rebotes y 22.7 minutos jugados. Estadísticamente ha sido su peor temporada desde antes de que llegase al Cáceres, en 1994. José Antonio Paraíso está en una encrucijada en su carrera y su continuidad en el Pamesa no está nada clara. La frustración ocasionada por la eliminación en cuartos de final frente al Unicaja se cobrará víctimas, aunque el técnico, Paco Olmos, seguirá.

Paraíso ha sido un secundario de lujo en una fracasada plantilla llena de estrellas. Con 33 años recién cumplidos y el futuro económico totalmente asegurado por el sustancioso contrato que firmó hace tres temporadas, parece difícil que vuelva a ser el alero más decisivo del baloncesto español. Sus días en la selección acabaron.

Hay una lectura local. A las numerosas amistades que dejó en Cáceres les confiesa que echa mucho de menos la ciudad y el protagonismo que tenía en ella y en el equipo, aunque ya es muy complicado que cumpla el deseo expresado cuando se fue de terminar su carrera de verdinegro.