Tras caerse el lunes y apretar los dientes el martes para aguantar el dolor en el muslo de su pierna izquierda, Contador dio ayer un primer aviso en la París-Niza para realizar un ataque en una ligera subida de poco más de un kilómetro, "un puertecito de nada", según sus palabras, para poner la llamada Carrera del Sol patas arriba.

Hoy será su gran día. O eso intuye el ciclista pinteño, puesto que hoy se celebra, en el aeródromo de Mende, que volverá a ser meta del Tour, en julio, la etapa reina de la París-Niza, la mejor oportunidad del corredor madrileño para asaltar el jersey de líder de la pequeña ronda francesa. "Por fin me han respondido las piernas como yo esperaba. Ahora deseo que en Mende estén al mismo nivel", explicó ayer Contador, quien ya parece totalmente repuesto del trompazo que se dio el lunes, a tres kilómetros de la meta.

La etapa la ganó el eslovaco Peter Sagan, del Liquigas, un neoprofesional de 20 años. El alemán Jens Voigt (Saxo Bank) se puso de líder al incorporarse al sexteto que se había encargado de seleccionar Contador. Purito Rodríguez cruzó la meta en segunda posición.