"No me gusta buscar puntos en los despachos, pero si se ha incumplido el reglamento, creo que lo justo es que nos los den". Así terminó José Luis Montes, entrenador del Cacereño, su última comparecencia ante la prensa. Hoy podrá saber si tiene o no esos dos puntos más, cuando el Comité de Apelación de la Federación Española de Fútbol se pronuncie sobre el recurso del conjunto verde contra la decisión del Juez Unico de Competición. Este desestimó la primera reclamación al considerar que no hubo alineación indebida del Montañeros, pues el futbolista Iago Iglesias ya había cumplido su partido de sanción ante el Cerro, en un encuentro que no se disputó y en el que después se declaró incomparecencia de los pacenses.

El Cacereño basa su recurso, elaborado por Miguel Castro, asesor jurídico del club verde, y Basilio Hermoso, también abogado especialista en la materia, en un artículo de los estatutos de la federación andaluza (29.2.e), la única en España que recoge este supuesto, y que señala que "las sanciones vigentes, antes de la incomparecencia, siguen pendientes de cumplimiento". Según la territorial de Andalucía, es incomparecencia el hecho "de comparecer sin los requisitos mínimos reglamentarios ... siempre que ello determine reglamentariamente su suspensión" la del partido. Exactamente lo que le pasó al Cerro, que se presentó ante el Montañeros con solo siete jugadores, todos con ficha de juvenil.

Según ese artículo, Iago Iglesias no cumplió su sanción en la jornada 23 ante el Cerro de Reyes y debería haberlo hecho en la siguiente, en la 24, cuando su equipo se enfrentó al Cacereño y él acabó disputando los últimos 24 minutos del encuentro.

El Cacereño, que confía en que la decisión de Apelación le favorezca, afirma en su recurso que la resolución del juez único "traiciona los principios ... del derecho sancionador al beneficiar por una parte al infractor y por otra vulnerar el espíritu de la norma sancionadora en cuanto que al jugador hay que privarle de la disputa de un partido". Miguel Castro aclara esto asegurando que tal y como se han desarrollado los hechos "es, al menos en la práctica, como si nunca hubiera habido sanción contra el jugador, pues si bien es cierto que él no disputó el partido ante el Cerro, sus compañeros, que no estaban sancionados, tampoco lo hicieron, lo que no es justo", dice.