Nadie en Cáceres olvidará la tarde del 10 de enero de este año, la de la tremenda nevada que tiñó de blanco la ciudad. Uno de los efectos colaterales de aquella excentricidad climatológica fue que el Cacereño-Puertollano de la vigésima jornada del grupo II tuvo que aplazarse porque realmente en el estadio Príncipe Felipe era imposible jugar. Ambos equipos retoman esta noche (20.30 horas) aquel duelo, marcado para los locales por el hecho de que, si ganan, saldrán de la zona de descenso y podrían escalar incluso hasta un cómodo duodécimo puesto pese a que ahora es antepenúltimo.

La cita llega en buen momento para los verdes, que se sacudieron unas cuantas dudas el pasado domingo venciendo a la Gimnástica de Torrelavega (2-1). El hecho de mostrar un mayor acierto ofensivo que en anteriores encuentros y la demostración de personalidad que evidenció remontar un marcador adverso suman para el choque de hoy, el segundo de un mini-ciclo que completará el domingo la visita al Villanovense.

Por si fuera poco, Angel Marcos recupera a dos jugadores fijos en sus alineaciones como el centrocampista David Rocha y el defensa Alberto Cazorla. Este ocupará probablemente el lugar de Tito --disponible, aunque con algunas molestias físicas-- en la retaguardia. Ayer todos entrenaron en los Campos de la Federación de la barriada de Pinilla. En el Puertollano la única duda es si jugará Noé Calleja.

El entrenador cacereño reconoce que su alineación estará condicionada en buena medida por el estado del terreno de juego. Si llueve, como anuncian las previsiones, alineará a jugadores más de lucha; si no es así, apostará probablemente por un equipo más técnico.

El Cacereño estará pendiente de lo que suceda con el partido aplazado de otro de los implicados en la lucha por la permanencia, el Alcalá, que visita al Conquense a la misma hora.

Un aliciente extra es que la entrada será gratuita y que habrá sorteos de regalos en el descanso. Todo sea para allanar el camino hacia la salvación.