Por encima del resultado final del Cáceres-Breogán, fue una noche especial, con el mejor ambiente de la temporada. A ello contribuyó la presentación de la amplia cantera del equipo local, con base en el colegio San Antonio de Padua, el tradicional epicentro baloncestístico de la ciudad. Todos sus equipos salieron a saludar desde la pista y a fotografiarse ante el cariñosísimo aplauso del público.

El designado padrino de este acto no pudo estar mejor elegido: Dani Martínez, el jugador que militó las dos últimas temporadas en el Cáceres Patrimonio y que tuvo que abandonar el deporte profesional el pasado verano al serle detectada una alteración cardíaca.

«Estoy muy bien. Todos los análisis están saliendo perfectos. Para mí es muy emocionante haber venido desde Tarragona para este momento», comentaba antes del choque, finísimo de forma física por lo que parece. Le acompañó el también exverdinegro Guille Corrales, ahora en el Morón.

No faltaron Guillermo Fernández Vara y Luis Salaya, dos políticos inhabituales en el Multiusos, pero que dirigen dos instituciones, Junta y ayuntamiento, que son claves para la pervivencia del proyecto del Cáceres. Se fotografiaron con los canteranos y algún silbido recibieron.

En la primera fila del palco también estuvo Ñete Bohigas, que volvía al pabellón más de un año después de su destitución al frente al Cáceres. Ahora es concejal en el ayuntamiento de la ciudad por Ciudadanos.

Asimismo, fue un día de homenaje para Luis Parejo tras haber cumplido sus 200 partidos en el Cáceres. Recibió una camiseta enmarcada con ese número de manos del presidente del club, José Manuel Sánchez.