Ahora que pintan bastos y que los nubarrones de la tormenta no dejan ver la luz es bueno recordar que de otros temporales similares se ha salido indemne en Segunda B. En los últimos días cunde el pesimismo por Almendralejo y el fantasma de la Tercera, pese a ser llevar sólo diez jornadas, asoma con fuerza. Mientras el presidente se piensa su futuro y a Marrero le pitan los oídos por los rugidos de la grada, el equipo no levanta cabeza y es último con sólo seis puntos. Por los mentideros futbolísticos muchos apuntan a que la situación es «insalvable» y que evitar el descenso sería «un milagro». Por sensaciones puede ser así, pero las estadísticas siempre ofrecen un clavo ardiendo en el que agarrarse.

Hace solamente dos temporadas, el Cacereño de Bidaurrázaga estaba en la misma situación que el Extremadura hoy. Era último con sólo seis puntos de 30. Cambió de entrenador, pero el debut de Ángel Marcos se saldó con una derrota por 4-0 en Jaén. El equipo empezó con problemas de grupo, pero un buen resultado volteó el ambiente y la dinámica se transformó. Hasta tal punto que aquel Cacereño terminó salvándose de manera holgada, con 47 puntos y unaaceptable duodécima posición.

Dentro de aquel vestuario existía un líder llamado Raúl Medina, que luego saldría del Cacereño destino a Coruxo. «Aquel año empezamos fatal, pero no era un problema de entrenador. Era un tema de jugadores, de grupo, de unidad y de saber trabajar bien a diario».

Raúl recuerda que aquella situación «no fue fácil para nadie» y considera que era un problema mental. «En este tipo de casos lo mejor es reunirse dentro del vestuario, hablar y luego darlo todo en el campo. Quizá no consigas tres victorias seguidas, pero es importante la actitud, dejar la portería a cero, coger confianza y empezar a hacer cosas en ataque. Y sobre todo, controlar la mente. Fundamental», asegura.

Vida actual

El centrocampista madrileño fue timón de aquel Cacereño que consiguió resucitar de sus cenizas. «Quedan muchas jornadas y es muy pronto para venirse abajo». Medina, un amante del fútbol modesto, asegura estar viendo todos los grupos y considera que «el Extremadura tiene jugadores importantes para salir de ahí». Se da la circunstancia de que Medina debutó en Primera con el Atlético de Madrid en el mismo once con Juan Velaco, ahora entrenador azulgrana: «le conozco. Es un tipo tenaz capaz de conseguir ese objetivo».

Raúl Medina reside ahora en Madrid, donde se recupera de una lesión de menisco externo. Está libre, sin equipo, aunque cree que «será difícil» que vuelva a jugar, según los médicos. Sigue desde la distancia al Cacereño, al que espera ver pronto en el Príncipe Felipe en alguna ocasión y dice tener «muchos amigos» allí.

En aquel Cacereño que consiguió la remontada tuvo mucha culpa Ángel Marcos, otro agente libre que está empapándose de todo el fútbol posible esperando una oportunidad. Marcos lo tiene claro: “un mal grupo nunca gana un campeonato o cubre un objetivo. El entrenador puede tener algún efecto, pero el grupo es la base”, apunta. Hay otros casos similares como el del Jumilla del pasado año, que también llevaba seis puntos en las primeras diez jornadas y luego terminó salvándose. El Extremadura toma nota, pero lo más importante es que no pierda la esperanza.