Durante tres meses Raúl Medina ha estado probando diferentes tratamientos para recuperar su rodilla, en la que aparentemente sufría una bursitis. Sin embargo, las semanas pasaban y para desesperación del jugador el dolor persistía. Ninguno de los tratamientos a los que se ha sometido ha funcionado. Y ha probado varios. Al final, tendrá que acabar pasando por el quirófano. Lo hará el martes, cuando el doctor Cortés le someterá a una artroscopia. No jugará en lo que resta de temporada. El futbolista, que apenas ha disputado esta campaña trece partidos, el último ante el Arroyo a principios de enero, ha confesado haberlo pasado muy mal y estar "desanimado". Al menos, ahora, parece ver la luz al final de túnel en una lesión que le ha hecho perderse la fase más importante de la temporada.