"Vámonos al Manómetro". Tres jóvenes cacereños han adelantado su hora de salir en el clásico sábado noche. La excusa parece perfecta. Evidentemente, van a tomarse unas cervezas a uno de los bares de moda en la ciudad y allí verán el clásico del fútbol español.

En Cáceres, en Badajoz, en Mérida, en Plasencia... casi todo se paraliza para dar paso a la peculiar liturgia del Bar§a-Madrid. Nada parece existir. Sólo el fútbol. Sólo la pasión, la rivalidad futbolera. Cánovas está semivacía a las 22.00 horas, con unos cuantos despistados a los que la hora les ha podido. El espectáculo está en los bares, pero también en las casas de estudiantes. En todas partes.

"Yo creo que ganará el Madrid". El optimismo blanco se vive en Badajoz, pero también, por qué no, en Plasencia. En los autobuses de vuelta de la manifestación de Madrid los detalles sobre la misma se mezclan con los del clásico. Inevitable.

La otra manifestación está en el fútbol. Aquí sí que no hay guerra de cifras. La unanimidad está clara. Aquí apoyan hasta los que no les gusta el fútbol. Ya se sabe: los Bar§a-Madrid son otra cosa, por supuesto que también en Extremadura. Van Nistelrooy anota el gol que rompe el pronóstico inicial. Parece que Cáceres entera es madridista.