Alvarez Claro de Melilla. Un estadio, una ciudad y dos historias. El Villanovense disputará el domingo el partido más transcendental de su reciente historia; pueden seguir escribiéndola en sus anales si logran mantener la categoría por segundo año consecutivo... o puede poner un punto final a una etapa histórica gloriosa en la que por primera vez el equipo logró la permanencia. Historia número 1.

Historia número 2, la de un veterano futbolista, el más carismático de la plantilla serona, la de un Paulino que podría cerrar su etapa profesional de corto en el mismo estadio en el que la inició allá por la temporada 92-93 en un partido de Copa del Rey ante Los Boliches. Entonces, un joven albaceteño militante en el equipo juvenil del Albacete recibe como destino para su servicio militar la ciudad autónoma de Melilla. Y ahí comienza la historia en la que 21 años después el estadio que le vio debutar puede ser testigo de su adiós como futbolista.

Prueba en pretemporada

Si su llegada a la ciudad fue fruto del azar para cumplir su servicio militar, su inclusión en el Melilla no fue casualidad. Su entonces entrenador en el equipo juvenil del Albacete contactó con Juan Moya, al que le unía cierta amistad y en buena relación con la directiva melillense. Moya le consiguió una prueba en la pretemporada que fue aprovechada por Paulino para hacerse un hueco dentro de la plantilla que en esa temporada dirigía Antonio Moreno Nené . Curiosamente, el portero de ese equipo era el actual entrenador del Villanovense, José Luis Montes. 21 años después, la persona que llevó a Paulino al Melilla, Juan Moya, dirige al equipo con el que el Villanovense se juega su futuro en la categoría de bronce del fútbol español.

A sus 39 años, el delantero no quiere hablar de una posible retirada, aunque reconoce que puede ser una seria posibilidad. No es la primera vez que Paulino se plantea colgar las botas, ya que a lo largo de esta temporada un desencuentro con De la Nieta le llevó a tomarse un tiempo de reflexión en el que se mantuvo apartado del equipo y en el que barajó seriamente la posibilidad de la retirada. Sin embargo, la llegada de Montes y la insistencia de la directiva en su reincorporación, en especial del presidente José María Tapia, le hicieron volver al fútbol en activo.

Paulino reconoce que de seguir como futbolista solo lo haría en las filas del Villanovense, donde le gustaría acabar su carrera profesional. Lo que sí tiene claro es que su futuro seguirá vinculado al fútbol, "que es a lo que me he dedicado toda mi vida". El albaceteño, además de su dilatada experiencia como futbolista profesional en la que se incluye su debut en Primera División en el Atlético de Madrid que dirigía Coco Basile, ha encauzado su futuro formándose en el mundo del fútbol con el Master de Dirección Deportiva y el Curso Nacional de Entrenador, que obtuvo en Logroño el pasado verano.

El delantero verdiblanco expresa su deseo de permanecer en Villanueva de la Serena, donde tanto él como su familia se han integrado plenamente.

Pero eso es futuro. El presente, como el pasado, pasa por Melilla, por el último partido de Liga en el que está todo por decidir... ¿y si Paulino marca el gol de la salvación en el Alvarez Claro?