VILLANOVENSE - 1: Javi Muñoz, Trinidad, Kike Alcazar, Mejías, Tapia (Gabi Grille min.81), Pajuelo, Chema Mato, Gallardo, Willy, Moraga (Anxo min.62) y Adrián (Paulino min.77).

MELILLA - 0: Munir, Mahanan, Amarito, Carlos Díaz, Sergio Sánchez, Fausto Tienza (Chota min.70), Kike de la Mota, Nacho Aznar (Luis Domenech min.52), Jairo, Andrés Sánchez y César Díaz.

GOL: 1-0-M. 92 Paulino (penalti).

ARBITRO: Escudero Marín. Amarilla a los visitantes Jairo y Fausto Tienza. Expulsó con roja directa al local Mejías en el minuto 58 y con doble amarilla al visitante Sergio Sánchez en el 82.

El fútbol le devolvió al Villanovense alguna deuda que tenía de partidos anteriores y le permitió sumar tres puntos de vital importancia con un gol de Paulino en tiempo añadido tras un absurdo penalti cometido por el portero visitante sobre el propio delantero serón. Con esta victoria ante el Melilla, el Villanovense consiguió ganar de nuevo en el Romero Cuerda después de cuatro meses sin conseguirlo y con una racha de siete partidos sin perder ha salido de los puestos de descenso y de promoción.

Pedro Sánchez de la Nieta planteó el partido apostando claramente por el músculo y el oficio, tal y como viene haciéndolo en los partidos como visitante y que tan buenos resultados le estaba dando. De esta manera, el trivote formado por Chema Mato, Gallardo y Pajuelo en el centro del campo fue la apuesta del técnico local para discutirle el balón al Melilla. En el centro de la zaga Mejías acompañó a Kike Alcázar relegando a la suplencia a Lolo Guerrero.

El partido comenzó con el Villanovense muy enchufado. Así en el primer minuto del mismo los locales dispusieron de la primera ocasión con una internada de Willy que la puso atrás pero el lanzamiento de Gallardo fue desviado por Munir en una buena intervención.

El Melilla se sacudió el dominio y comenzó a discutir la posesión del balón a los serones. En el 14 un centro de Andrés Sánchez fue rematado por Carlos Díaz saliendo el balón junto al poste de la meta de Javi Muñoz.

El Melilla, a pesar de llegar al Romero Cuerda con la vitola de equipo grande y en racha, no lo demostró en ningún momento. Unicamente destacar hasta el descanso una en el minuto 38 con un lanzamiento de Andrés Sánchez que desvió Javi. El Villanovense supo maniatar en todo momento a los norteafricanos pero también adoleció de la claridad suficiente como para crear peligro a los visitantes.

Tras el descanso el partido siguió tremendamente igualado con ambos equipos muy seguros atrás y a la espera de un fallo de un rival para conseguir llevarse el partido. Nuevamente el Villanovense salió mejor al encuentro y en la primera jugada una internada de Trinidad terminó en un centro que remató blando Moraga. En el minuto 58 se produjo la rigurosa expulsión de Juan Carlos Mejías con roja directa, pero a pesar de quedarse con uno menos el Villanovense no lo acusó y siguió jugando de poder a poder con el Melilla.

En esos momentos De la Nieta demostró su ambición al introducir dos cambios ofensivos. Mato ocupó la posición de central quedando Pajuelo y Gallardo como pareja de medios centros. Anxo entro entonces en el terreno de juego por Moraga con la idea de dar velocidad y desborde al juego. Más tarde y viendo la posibilidad de poder llevarse el partido a pesar de estar con uno menos el técnico local introdujo en el campo el revulsivo Paulino.

AL ATAQUE A partir de ese momento el Villanovense refrescó su línea ofensiva y los jugadores locales captaron las intenciones de su entrenador y se fueron decididamente a por el partido. El Melilla que a pesar de jugar con uno mas no consiguió superar en ningún momento al Villanovense y todo se le complicó cuando en el 82 se quedó en igualdad numérica el expulsar el colegiado con doble amarilla a Sergio Sánchez.

Cuando el partido parecía destinado al empate sin goles, emergió la figura del gran Paulino para sacarse de la chistera un penalti en tiempo de descuento que él mismo transformó en gol. Fue en un balón largo al que el delantero no llegaba pero aprovechó que el portero visitante se lanzó al suelo para dejar la pierna y ser tocado por Munir cuando ya no llegaba al balón. De esta manera el fútbol hizo justicia con este jugador al que hasta ahora se le había negado el gol pero que es sin duda el ídolo de la afición y el auténtico revulsivo del equipo serón en la recta final de los partidos.

Tras el pitido final jugadores visitantes no aceptaron de muy buen grado la derrota y se formó una trifulca en la entrada de vestuarios con insultos e improperios por ambos equipos. Las fuerzas de orden público quisieron tomar cartas en el asunto y de manera desmesurada amenazaron de muy mala manera incluso a directivos locales y periodistas ante la pitada de los aficionados que presenciaron de manera atónita la lamentable actuación de algún policía.