En la carrera electoral para continuar como presidente de la Federación Extremeña, Pedro Rocha presenta un proyecto con 88 medidas "para que el fútbol extremeño siga creciendo como ha hecho en los últimos años".

"Hemos pasado de ser una federación desahuciada a convertirnos en referente para otras territoriales a nivel económico y deportivo. De ser una entidad fracturada económica y socialmente a tener una federación en la que todo el mundo tiene cabida, con una gestión económica envidiable y con influencia en el escenario nacional", comenta, presumiendo de "tener una institución ejemplar que cuida de sus clubes, árbitros, entrenadores y jugadores, que organiza grandes eventos de manera solvente y que potencia todas nuestras competiciones. Una institución que, además, presta especial atención a las competiciones que más lo necesitan, como el fútbol sala, el fútbol femenino, el fútbol modesto y el fútbol inclusivo".

"Hemos vivido los mejores años de nuestra historia, pero queremos mucho más. Y por eso nos presentamos a este proceso electoral con ilusión renovada", añade, resumiendo su proyecto en diez palabras: estabilidad, influencia, equipo, futuro, progreso, modernización, gestión, unidad, ilusión y FÚTBOL (esta última en mayúsculas).

Entre sus logros, destaca la "recuperación de la imagen institucional"; el "saneamiento de las cuentas y reducción de un 76% de la deuda", el cobro "puntual" de las nóminas a los empleados ("se les adeudaban 225.000 euros); el "promedio de pago de facturas a proveedores es de 15 días"; el "apoyo a los clubs" con "una ‘bolsa’ anual de 550.000 € que llega a los 280 equipos extremeños"; el "apoyo a los árbitros", ya que "ahora reciben un pago trimestral por los Judex"; "la presencia y representación en la RFEF"; la "solvencia y garantía" con "eventos deportivos de carácter nacional e internacional" el "impulso y mejora a la mutualidad" y la "creación del Centro de Formación de la Federación Extremeña de Fútbol".