El placentino Pedro Romero, ciclista y actual presidente de la Federación Extremeña de este deporte, se declaró ayer «inocente» tras ser sancionado por la Agencia Aespad (Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte) a cuatro años de retirada de licencia por dar positivo en darbepoetin alfa, la misma sustancia que se le detectó al esquiador hispano-alemán Johann Muehlegg en los Juegos Olímpicos de Salt Lake City-2002. Derrotado en la vía administrativa, ahora se adentra en la judicial para intentar lavar su nombre.

Romero, uno de los deportistas extremeños más laureados de la última década, con triunfos como los obtenidos en el Campeonato de España de XC Maratón, negó rotundamente haber consumido un medicamento que ayuda a la creación de glóbulos rojos y mejorar así el rendimiento.

Contra el expediente sancionador de la ‘Agencia Antidopaje’ española se mostró «absolutamente en contra» porque tiene «clarísimo» que es inocente. Organizó una comparecencia pública en el despacho en Cáceres de su abogado, Ángel Luis Aparicio, en el que destacó que quiere «dar la cara» porque no tiene «nada que ocultar». Sí dijo que «documentos en mano, cuestiono el sistema, un sistema en el que culpa a un deportista y se declara su culpabilidad antes de poder demostrar su posible inocencia».

Según reiteró, no va a dimitir «porque considero que no he hecho nada», pero al mismo tiempo puso su cargo a disposición de la junta directiva de la Federación Extremeña de Ciclismo y de la dirección general de Deportes: «Entendería que me pidiesen que diese un paso atrás. No tengo por qué perjudicar a nadie y las instituciones tienen que estar por encima».

POSITIVO A LA TERCERA / Según explicó, ha sido «un proceso largo, en el que venimos peleando desde hace un año». «A finales de noviembre [de 2018] recibí una notificación en la que me suspendían cautelarmente. Solicité información porque tenía un total desconocimiento y no me hacía una idea. El 16 de enero [de 2019] hicimos una prueba B. Es un método que no cuantifica, que interpreta. La primera prueba de mi sangre da negativa y la segunda se les estropea. La tercera [tomada en la Picota Bike Race] la consideran positiva», detalló, denunciando que «la orina es negativa. ¿Cómo voy a tomar una sustancia que mejora a las cuatro semanas de tomártela para una prueba y tarda ese tiempo en dar efecto? Da positivo en la sangre y no en la orina. Es un sinsentido total y absoluto. No nos lo han conseguido explicar».

Entre las irregularidades de las que señala, apunta que «las muestras llegaron sin precinto y, según ellos, no pasa nada» y que «no se corresponde número del diagrama de barras con el de imágenes». Su versión es que detrás «hay una denuncia de una persona que tenía ganas de hacerme daño (…) Hay gente que te quiere hundir por interés propio».

«Es algo tan negativo que, ni teniendo razón, te consuela. Hemos perdido una batalla, pero no la guerra. Me han sancionado, pero recurriremos y ganaremos en un tribunal de verdad, donde tengan validez las pruebas y se haga justicia», deseó.

«Es una pesadilla, una vida cuestionada. Es la incertidumbre sin saber a qué agarrarte. Han sido meses de pedir información y no tener ninguna. He chocado contra un muro. Es una sustancia que no se cuantifica, se interpreta por parte de un grupo de expertos. ¿Qué fidelidad tiene? Tengo claro que se persiga a los tramposos, pero que sea con métodos fiables, que te permitan defenderte y tener una presunción de inocencia», opinó.

Según mantuvo, lleva «20 años compitiendo y nunca he tenido ningún problema, en ninguno de los éxitos que haya podido conseguir como deportista ni como presidente de la federación».

LA BATALLA JUDICIAL / Según refrendó el abogado Aparicio, el caso se ha elevado la vía jurisdiccional, «en Madrid». «Esto no es ya solo deportivo, sino político y personal», espetó.

Su estrategia no solo se va a centrar en la forma («se han producido una serie de irregularidades: no se ha seguido el protocolo en el transporte y en la guardia de las pruebas, como por ejemplo que no sabemos dónde ha estado la sangre durante 25 horas»), sino también en el fondo. Romero niega una y otra vez que haya tomado sustancia dopante alguna a lo largo de toda su carrera.