El técnico chileno Manuel Pellegrini es el gran protagonista del duelo entre el Madrid, su actual equipo, y el Villarreal, el que le consagró en España, un reencuentro que llega en sus horas más bajas en el club blanco debido a las críticas que ha recibido por su planteamiento en la derrota europea en Lyon.

Por segunda vez en la temporada Pellegrini está en el centro de la diana de las críticas. Ocurrió después de que el Madrid fuera apeado en Copa por un equipo de Segunda B como el Alcorcón, y ahora tras la ida de los octavos de final de Liga de Campeones, por el mal partido y la derrota 1-0 ante el Olympique.

Asegura el técnico chileno que cuenta con el total apoyo del presidente Florentino Pérez y la dirección deportiva, pero las dudas crecen dentro del club y, aunque su continuidad no peligra esta temporada, si quiere continuar el próximo año necesita títulos. Para ello debe superar la maldición de octavos que persigue al Madrid en Champions y mantener su línea en Liga.

Se agarra a los números Pellegrini para defender su proyecto, molesto por "la descalificación, mala fe e insultos" que ve en ciertas críticas. Su realidad liguera es buena, a dos puntos del líder, el Barça, con todo en su mano para decidir el título en el duelo de ambos en el Bernabéu.

Antes debe mantener ante el Villarreal la regularidad de los últimos cuatro partidos ligueros --victorias en las que tan solo encajó un gol-- y su fuerza como local, al ser con el Mallorca el único equipo que ganó todos sus partidos ligueros en su estadio.

El Villarreal llega al Bernabéu en una situación muy diferente a como lo hizo en las últimas cinco temporadas, cuando Pellegrini estaba en su banquillo, ya que aunque nunca ha ganado en el estadio madridista siempre llegó en pugna por los puestos altos de la clasificación. Ahora están alejados de Europa y con el objetivo de reencontrar, a pesar de las bajas, su fútbol.