Julián Sánchez Pimienta (Zafra, 26 de febrero de 1980) vive como en una nube. Está a punto de subir un peldaño más en su andadura deportiva y comparte sensaciones, sentimientos y responsabilidades. El más representativo producto de la inagotable factoría zafrense, que ha evolucionado hasta dar cobijo a un Spiuk-FIG Zafra que anda rompiendo moldes para gloria del ciclismo regional, se ha convertido en un espanzador neoprofesional a la sombra de la escuadra italiana Fassa Bortolo, cuando aún no se ha borrado su sombra de las carreteras extremeñas y tras pasar por el Videoporteros Tegui, heredero del mítico ACR-MRA de los hermanos Azcona, el filial del Kelme o el Aguas de Mondariz. Con la imagen en la retina de un jovencísimo Julián Sánchez Pimienta pugnando con las empinadas cuestas de la subida a Feria en la Vuelta Ciclista a Extremadura, cualquier aficionado recuerda que ya era un proyecto de excelente escalador al que sólo había que pulir para dar paso al diamante que lleva dentro.

Cuando el próximo 21 se septiembre, el martes de la semana extremeña de la Vuelta Ciclista a España, Julián Sánchez Pimienta casi toque el entorno segedano, camino de Cáceres y tras partir de Olivenza, rememorará las largas jornadas de trabajo que han terminado por dar sus frutos. Los que salgan a la carretera para ver desde las cunetas el paso de la serpiente multicolor han de buscar, además de los de sus clásicos, el dorsal 77, que es el que portará este extremeño que se ha empeñado en hacer historia. Con ello refrendará la labor de esos locos enamorados de la bici que crecen en Zafra. El pelotón extremeño (II)