En todos los equipos de todas las categorías existen esos futbolistas que son observados con lupa por los aficionados. Para lo bueno y para lo malo. Suelen ser los jugadores decisivos con balón, determinantes en momentos puntuales y que, sobre el césped, nunca pasan desapercibidos. Uno de ellos en el Extremadura es Kike Márquez, genio y figura dentro del campo. Su inicio de temporada, con un rendimiento alejado de sus mejores tardes, habían puesto en la diana de las críticas al jugador sanluqueño. Que si no corre, que si no está a la altura de Segunda, que si no vale para la categoría. Márquez ha tenido que escuchar de todo, aún siendo consciente de que su nivel había disminuido.

En Palma de Mallorca, cuando el colegiado pitó el penalti sobre Enric Gallego, todos los jugadores del Extremadura empezaron a mirarse con caras de responsabilidad. Buscaban un rostro confiado, seguro y decidido. Pero no tuvieron que buscar nada. Apareció entonces Kike Márquez para recoger el caramelo del penalti que, en el minuto 93, era más una patata caliente que otra cosa. «No es la primera vez que tiro un penalti. Yo, cuando pitó el árbitro, lo primero que hice fue irme al balón». Para muchos es una prueba de valentía del Torero azulgrana, que más que una pena máxima parecía que se enfrentaba a un miura a once metros. «Bueno, quizá hay que tenerlos bien puestos para coger ese balón. Más en mis circunstancias, que estoy teniendo pocos minutos y el resultado estaba en contra. Pero ya sabéis que a mí no me falta personalidad en esos casos. Igual, si lo hubiera fallado, no podría haber entrado en Almendralejo».

Kike Márquez agarró el cuero, cogió aire y puso el interior de la bota derecha para ajustar la bola fuerte, rasa y bien pegada al palo donde Reina se había lanzado. El disparo fue tan preciso que el arquero bermellón no pudo hacer nada por detenerlo. El gol suponía el empate. Un punto de oro con dedicatoria revolviéndose la camiseta y enseñando el nombre a la grada: «Fue lo que me salió en ese momento. Es una forma de decir que estoy aquí para lo que este equipo necesite de mí. Nada más». La sangre fría de un torero mezclada con la rebeldía de un talento de la naturaleza.

Era el primer gol de Kike Márquez en Segunda División. El tanto llega en un momento delicado en los futbolístico para él. Su arranque de temporada había dejado dudas en el respetable. El sanluqueño no ha tenido una pretemporada sencilla, pues ha tenido que recuperarse de forma express de la lesión de clavícula que la entrada de Rubén Cruz le provocó en el partido del ascenso ante el Cartagena.

«Yo mentalmente me encuentro bien y la motivación no me puede faltar. He luchado mucho por llegar a esta categoría». Márquez entiende las críticas y, sobre todo, entiende cómo funciona el fútbol. «Sé que soy un futbolista al que se le mira con lupa, quizá porque hago muchas cosas con balón y a ese tipo de jugadores se les observa más. Es lo que me toca y tengo que convivir con ello, para lo bueno y para lo malo. Ahora que he marcado un gol se habla de Kike Márquez y, cuando no aparezco, aparecen las cosas malas. Esto es así». Franco, sincero y directo. Sin capotazos ni verónicas.

Fuera del descenso / El gol de Kike Márquez y el punto en Son Moix ha permitido al Extremadura dormir durante toda la semana fuera de puestos de descenso por segunda semana consecutiva. «Hombre, está claro que no es lo mismo verte el último, que fuera de estos puestos. Nosotros sabemos que tenemos que ir sacando puntos jornada a jornada. Yo veo que el equipo está adquiriendo cada vez más confianza y está sabiendo competir de tú a tú contra todos los rivales».

El Extremadura sigue en alza. Si en el primer tramo de cinco partidos el equipo de Sabas había logrado 1 de 15 puntos posibles contra rivales de grandes presupuestos, cuando el calendario teóricamente se ha suavizado con rivales más de su liga, el conjunto azulgrana ha logrado un balance de 8 de los últimos 15 puntos.

Los jugadores descansarán este martes para volver el miércoles a los entrenamientos y preparar el partido ante el Albacete. «Los he visto jugar en un par de ocasiones y son muy buenos. Es verdad que llevan varios partidos sin ganar, pero es uno de esos rivales que siempre te lo va a poner difícil», opina Kike Márquez.

El Torero, que pudo vestir de luces en Son Moix, quiere seguir faenando en Segunda. Aunque le sigan tocando toros difíciles de lidiar.