La directiva del Plasencia Extremadura tomó en la noche del lunes la decisión de no reforzar al equipo con jugador alguno, por lo que, muy a pesar del técnico Ñete Bohigas y salvo sorpresa, la temporada finalizará con los diez jugadores profesionales que ahora forman la plantilla.

La única y poderosa razón es la penuria económica en la que está sumida el club, donde a día de hoy son tan solo los miembros del cuerpo técnico y los jugadores los que se encuentran al día en los pagos. El resto de empleados y los acreedores tendrán que esperar. Ya avisaba en su día el presidente Antonio Martín Oncina, que el incumplimiento del convenio de colaboración por parte de la Compañía de Aguas de Plasencia, por el que el club ha dejado de percibir la cantidad de 78.200 euros, suponía un negro nubarrón en el futuro de la entidad. Este conflicto no tiene visos de solución.

ESPERANZA No se fichó en su día por la baja de Jonathan Barceló y tras caer Edward Santana se cerró el cerco sobre el fines Ville Kaunisto, que ha terminado aceptando la oferta del Qalat.

Los últimos resultados obtenidos, a pesar de las bajas, tienen a Plasencia en lo alto de la tabla, a tan solo un par de victorias de la permanencia, que es para algunos miembros de la directiva el objetivo real de este equipo y por tanto se dan por satisfechos. Así mismo se piensa que el equipo de la Primera División debe ser el que alimente al profesional y que esa es la verdadera razón de su existencia, por lo que serán Javier Cardito y Pablo Bayle los que ayuden en los entrenos de Bohigas, toda vez que Mario Plata no ha querido hacerlo sin recibir compensación económica a cambio, circunstancia esta que no ha sentado nada bien a algunos miembros de la actual junta directiva.

Los próximos cuatro compromisos frente a Cornellá, Palencia, Ourense y Tarragona, sin Santana y con Barceló saliendo de la lesión, dictarán sentencia sobre las posibilidades reales de un equipo al que la tan temida crisis le ha tocado de lleno.