Hay cosas en las que no se puede dejar de confiar. Paquillo Fernández era el atleta del que se veía más segura la medalla en Pekín. Desde el año 2002 no se bajaba de un podio importante y, en este 2008, su peor posición en una carrera había sido un segundo puesto. El marchador de Guadix (Granada) es, a sus 31 años, una garantía absoluta de éxito. Casi absoluta, para ser más exactos. Ayer, coincidiendo con la prueba más importante del cuatrienio, Paquillo vivió su peor día del último lustro y no logró el oro que le faltaba, ni repitió la plata de hace cuatro años, ni arañó un bronce reparador. Paquillo, subcampeón olímpico, triple subcampeón mundial y doble campeón europeo, se hundió hasta el séptimo puesto de los 20 kilómetros en el mejor día que podía haber elegido para competir.

La mañana de Pekín era reluciente, pero nada calurosa (25 grados) y con una humedad bajísima (55%). Nada que ver con las condiciones infernales de los Mundiales de Osaka del año pasado. Ni con la localidad japonesa de Matsue que el marchador y su entrenador, el cuatro veces campeón olímpico Robert Korzeniowski, eligieron para aclimatarse hasta tres días antes de competir. Pero las piernas de Paquillo le fallaron cuando más las necesitaba y ayer no respondieron como habitualmente.

Ayer, a Paquillo le tocó la china. "No iba, no iba", se quejó el atleta, que dejó a la delegación española sin una de las medallas consideradas seguras. "Hoy ha caído Paquillo --dijo de él mismo--. No han caído ni Borchin ni Jefferson. Alguna vez le toca la china a uno de los favoritos, como le tocó a Jefferson en Atenas. Hoy me ha tocado a mí".

CAMBIO DE RITMO El ruso Valeri Borchin y el ecuatoriano Jefferson Pérez, en efecto, fueron los encargados de darle el toque de gracia a Paquillo sobre el kilómetro 15, cuando el granadino no pudo en esa ocasión dar réplica al cambio de ritmo de los marchadores punteros. Pero no fue solo por eso. Borchin, de la controvertida escuela rusa (su compañero Andrei Kanaykin no está en Pekín tras dar positivo), es un hombre de una hora y 17 minutos en los 20 kilómetros, y el veterano Pérez, de 34 años, fue el primer campeón olímpico ecuatoriano (en 1996) y ha sido tres veces campeón del mundo.

Paquillo, a quien las piernas dejaron de obedecer como él quería, no pudo tampoco con el australiano Jared Tallent, que apenas había bajado de una hora y 20 minutos y que se llevó un inesperado bronce. El español se hundió hasta el séptimo puesto con una discreta marca de 1.20.32 (tenía este año 1.18.15), no muy por delante de Juan Manuel Molina, 12º con 1.21.25.

"Hay que reconocer que hemos fallado", aseguró Molina. Paquillo también lo reconoció, pero no quiso hacer leña del propio árbol caído. "Estoy decepcionado y triste, es verdad, pero un resultado así demuestra el mérito que tenían las medallas de plata que he venido consiguiendo en los últimos años". El marchador, que repitió el séptimo puesto de los Juegos de Sídney 2000, matizó la magnitud de su actuación. "Decepcionante, sí; catastrófica, no. Tengo varias medallas mundiales y una plata olímpica, y ahora me ha tocado fallar en unos Juegos. Lástima".

Prolífica modalidad La marcha es la modalidad que ha dado más medallas olímpicas al atletismo. De las 11 logradas, cinco corresponden a marchadores. Jordi Llopart logró la primera, de plata, en Moscú-80. Y desde Barcelona-92 (oro de Daniel Plaza) nunca se ha faltado al podio. Valentí Massana fue tercero en Atlanta, María Vasco tercera en Sídney y Paquillo, plata en Atenas.