El futuro de las motos también está en Extremadura. Ni Pedrosa ni Lorenzo fueron capaces de destacar en sus tiempos de niñez con tanta precocidad como lo está haciendo Jorge Ramos Casasola, natural de Cáceres y que cuenta con tan sólo siete años de edad.

A pesar de estar todavía en Primaria, el jovencísimo piloto extremeño parece un experto de las dos ruedas, ya que ha participado en dos mundiales de la categoría y en diversas copas nacionales, obteniendo buenos resultados, a pesar de enfrentarse con mas de 50 pilotos de diferentes nacionalidades.

El año pasado consiguió ser décimo en el Mundial infantil de Motocross celebrado en Lines (Bélgica) pero este año ha dado un paso al frente y ha conseguido colarse en la quinta posición del Mundial celebrado en Commercy (Francia). Para llegar aquí el piloto tuvo que superar una serie de mangas clasificatorias sobreponiéndose a las adversidades y donde demostró maneras de veterano a pesar de su edad.

Familia

En su casa no sorprenden estos resultados ya que la pasión por las motos le viene de familia. Su padre es un ferviente seguidor del motociclismo y casi antes de que Jorge pudiera hablar, ya estaba sobre dos ruedas.

Además, el hecho de tener que entrenar por las tardes no dificulta su labor escolar. "Para mí lo mas importante son sus estudios, pero creo que se pueden compaginar las dos cosas", dice el padre del chico.

Su campo de trabajo es la escuela de pilotos Las Arenas MX School, donde cualquiera que pase por allí puede deleitarse con un auténtico espectáculo de derrapes, giros y saltos por cortesía de esta promesa del motociclismo. Las caídas también son algo que, desgraciadamente, se llega a producir tanto en los entrenamientos como en las competiciones oficiales. De hecho, en la última competición mundial, Jorge sufrió dos caídas importantes cuando competía por el oro."Su madre lo pasa mal cuando el niño se cae, pero sabemos que es parte de este deporte", explica su orgulloso progenitor.

De cualquier modo, la afición por el motocross es algo que une a toda la familia y debido a ello han adquirido una autocaravana para viajar a los diferentes sitios donde se celebren campeonatos y así arropar al pequeño en carreras. Además, Jorge tiene una hermana de 4 años, Lucía, que también se siente atraída por las motos, pero de la que sus padres esperan que no siga los pasos del mayor. "Con uno en la familia vale, ya se pasa lo suficientemente mal", dice.

El tiempo dirá si esta jovencísima promesa logrará llegar algún día a ser una estrella. Ganas e ilusión le sobran.