Àlex Márquez salió muy bien, pero, tras trazar la primera curva de derechas de Jerez, el pelotón de Moto2 se convirtió en una lotería, en un tsunami de caídas y, sobre todo, en un infierno donde cualquier hubiese podido herirse y hasta perder la vida. Remy Gardner perdió el control de su moto a la salida de esa curva, saltó por los aires y, mientras aterrizaba en el asfalto, el pequeño de los Márquez no tuvo posibilidad alguna, cero, de evitar su moto, pues iba pegadito al australiano. Resultado: Àlex también salió ‘por orejas’ de su Kalex y, suerte tuvo, de que aterrizó lejos de la trazada, pues varios pilotos pudieron evitarle y no chocar con él. Hubiese podido sufrir graves heridas y solo tiene un pequeño arrancamiento óseo en la falange media de su dedo índice izquierdo y varias lesiones por abrasión en el codo. «Tuve suerte, sí, no culpo a Remy, eso nos puede pasar a todos, pero me sabe mal pues estaba listo para poder pelear», comentó.