Hace justamente dos semanas se anunció a bombo y platillo que la solución económica del Cáceres estaba culminada. Pasado el tiempo, la afirmación sigue teniendo vigencia, aunque con ciertos matices.

En contra de lo que la mayoría de los aficionados pudieran pensar, los jugadores no han cobrado la totalidad de las mensualidades que se les adeudaban --septiembre y octubre--, aunque sí una buena parte de la cantidad a percibir, alrededor de un 80%. Sin embargo, hay un caso especial con nombre propio: Bryan Sallier, a quien se le adeuda la mayoría del primer contrato que firmó, antes de su lesión. El pívot norteamericano, recuperado deportivamente el pasado viernes con un gran partido ante el Menorca, puede estar un poco molesto por esta situación, aunque en pocos días su problema se puede arreglar percibiendo el dinero del pagarés que le resta aún por percibir.

PROBLEMA BUROCRATICO El problema es, más que nada, burocrático, ya que no se ha ingresado todo el dinero prometido por parte de los patronos de la sociedad. A ello se puede unir que la auditoría del presupuesto que se está realizando no está finalizada todavía y que ello puede incidir en el futuro.

Nadie quiere hablar oficialmente de los condicionantes en los que está envuelto la actual coyuntura del Cáceres y todos confían en que no habrá problemas añadidos para terminar la temporada, aunque el nuevo modelo de club hace restar protagonismo a los actuales directivos, algo que éstos mismos asumen y parecen comprender.

Incluso, ha habido quien ha especulado con una hipotética renuncia de algunos de ellos, aunque fuentes de la propia junta han negado tajantemente esta posibilidad.

Con el equipo instalado en la zona alta de la tabla de la LEB, las aguas caminan mansas en este aspecto, aunque formalmente no está todo solucionado. El Cáceres, mientras tanto, prepara el partido del domingo ante el Aracena, el colista de la LEB, en su mejor momento, pese a todo.