Oscar Pereiro conoció ayer que ya no tiene ninguna posibilidad de ser proclamado ganador del Tour del 2006 antes del inicio de la carrera, en la ciudad de Londres, el próximo sábado 7 de julio. El tribunal estadounidense que ha juzgado el dopaje de Floyd Landis no tiene previsto emitir la sentencia definitiva antes del comienzo de la ronda francesa.

La decisión de la Agencia Antidopaje Estadounidense se produce un día después de que Bjarne Riis confesara en una conferencia de prensa que consumió productos prohibidos entre 1993 y 1999, y que se ayudó de la prohibida hormona de la EPO para conseguir el triunfo en el Tour de 1996, donde Miguel Induráin había partido como favorito. Se da la curiosa circunstancia de que el exciclista danés, actual mánager general del conjunto CSC, que también participa en la Volta, fue el principal responsable de que se evitara la suspensión de la grande boucle de 1998, cuando la mayoría del pelotón era partidario de parar la prueba en protesta por las actuaciones policiales que se desencadenaron en Francia, con registros y detenciones entre los propios participantes de la carrera, tras estallar el escándalo Festina. Riis fue el interlocutor de Jean-Marie Leblanc, por aquel entonces director general del Tour, para convencer al resto de ciclistas, que se negaban a correr, en los dos plantes de bicicletas que se produjeron hace nueve años.

SILENCIO DEL CSC Ayer, el CSC prefirió pasar desapercibido y evitar cualquier comentario relativo a su máximo responsable. Sin embargo, en Avila, Carlos Sastre, jefe de filas de la escuadra, mostró "respeto y apoyo" a Riis. "Es una persona que ha cometido un error en el pasado, pero ahora lucha por enseñar los valores del ciclismo a los corredores más jóvenes del equipo", añadió el abulense.

Mientras, Pereiro ha confesado a sus allegados que le cuesta muchísimo poder concentrarse en la Volta que ahora disputa. "Desgraciadamente tiene la cabeza en otro sitio", afirmó Eusebio Unzué, su director.