Curioso personaje es Alessandro Petacchi. Mucho le costó a Giancarlo Ferretti, mánager del Fassa Bortolo, convencerle de que corriese el Tour. "No me gustan ni el ambiente, ni Francia. Prefiero la Vuelta", repetía este velocista de 29 años. En España siempre se ha encontrado en su salsa, con más calor y más azafatas.

Su experiencia en la ronda francesa del 2001, la única que había disputado, no fue muy positiva. No logró ni un triunfo. Ahora, de repente, ha empezado a enamorarse de la prueba. De cuatro llegadas masivas, Petacchi ha ganado tres. En lo que va de año ha triunfado en 15 de 19 esprints. Y, por si fuera poco, en el Giro logró seis victorias.

POSIBLE ADIOS

Mucho tendrían que cambiar las cosas para que Petacchi se enfrente a los temidos Alpes. Posiblemente, hoy en Lyón, sea el último día en que el pelotón del Tour cuente con la presencia de este velocista gigantón. El italiano desea hacer historia e imitar a Miguel Poblet y Pierino Baffi, de la década de los 50, y convertirse en el tercer ciclista que gana etapas al esprint en un mismo año del Giro, Tour y Vuelta.

El lunes, en Sedan, se anotó el triunfo el australiano Cooke. Aquel día, Petacchi tropezó en el único repecho serio de la etapa. El resto de jornadas con llegada masiva se traduce en tres victorias de tres. No lo han evitado ni McEwen, ni Zabel, ni mucho menos Freire, que parece tener dificultades insalvables para encontrar la colocación idónea en los dos últimos kilómetros. Ayer volvió a quedar encerrado y sólo le queda la etapa de hoy para obtener buena nota en la semana llana del Tour.

Distinto es el papel de un Petacchi que ayer, hasta sin equipo, sacó de rueda a sus contrincantes, con suficiente poderío para levantar los brazos y presumir de su hegemonía. Freire tiene esta asignatura pendiente. El último examen se celebra hoy en Lyón.