Por si aún alguien se pregunta, de vez en cuando, por qué Valentino Rossi ha sido ya catalogado como el mejor piloto de todos los tiempos, por qué se sube al podio en las dos terceras partes de los grandes premios que disputa, por qué gana la mitad, por qué Giacomo Agostini teme que llegue a sus 122 victorias (lleva 101) e, incluso, a sus 15 títulos (suma ocho), que se ponga el vídeo de la carrera de ayer, en Inglaterra, y medite sobre cómo, por qué y de qué manera afronta el Doctor cada uno de los grandes premios que disputa.

"Solo había una situación meteorológica peor que ésta: que nevase", comentó Vale tras concluir un caótico gran premio bajo un constante chirimiri en quinta posición pero muy por delante de Jorge Lorenzo, que se cayó en la novena vuelta siendo líder destacado; de un desconcertante Dani Pedrosa, que se vino abajo en las últimas vueltas por culpa, dijo, de su neumático trasero, y de un lamentable Casey Stoner, que acabó 14º por su cabezonería al escoger neumáticos de lluvia cuando estaba seco, intuyendo, dado su olfato australiano, que a mitad de carrera caería el diluvio y, mientras sus rivales entrasen en los boxes a cambiar sus motos, él navegaría feliz sobre su Ducati hasta la victoria final. Ciertamente hizo el ridículo.

La carrera se la adjudicó el novato italiano Andrea Dovizioso (encima compañero de marca de Pedrosa: gran lección) acompañado de Colin Edwards y Randy de Puniet. Ninguno de los tres habían ganado en MotoGP. Es más, dos siguen hacerlo.

NI SOL NI LLUVIA DE VERDAD Era Donington, era Inglaterra y de poco, o nada, sirvió que el patrocinador del GP fuese el Gobierno español a través de Turismo (Visit Spain , era el eslogan). Llovió toda la mañana. Peor, cayó chirimiri. La lectura motociclística era, pues, catastrófica: escasa agua para los neumáticos de lluvia; demasiado líquido para las ruedas de seco, para los slicks. Consecuencia: caos total en las tres carreras. Sorpresa mayúscula entre los reyes (por cierto, el Príncipe Enrique, que se acercó a Donington en moto, se atrevió a dar una vuelta en la Ducati biplaza de Mamola) al saber que Stoner calzaba su Ducati con ruedas de agua. "Otro menos para el podio", pensó Rossi antes de apagarse el semáforo.

Arrancó el gran premio y Lorenzo se fue a lo grande. "Cometí un error: nunca debí liderar la carrera pues, en esas circunstancias, eres el que va suministrando información a los demás". Y, sí, se cayó delante de todos. "Me abrí en la última curva, pisé la raya blanca y patiné". Al suelo y al box: 25 puntos menos, los que le saca ya Rossi, su jefe y principal rival, aunque el mallorquín sigue diciendo que en sus cálculos no entra este año pelear por el título.

Con Stoner en el furgón de cola y Lorenzo fuera, Rossi solo tenía que merendarse a Pedrosa, que cedió é solito.